La asociación Barri Cívic de Santa Catalina ha lamentado que, tras un año de la campaña de "silencio, respeto y civismo" no haya "solución política real al "grito silencioso y masivo de los vecinos contra el ruido".

Avisan de que "el hartazgo ciudadano va en aumento" por la "desesperación frente a un problema social grave, generalizado y sin solución política".

Recuerdan que ahora hace un año que la asociación Barri Cívic de Santa Catalina inició la campaña "silencio, respeto y civismo" con el fin de seguir denunciando "la injusta situación que sufren los vecinos a causa del ruido y el abuso y ocupación del espacio público de bares y locales de ocio nocturno en este barrio de Palma".

Durante el pasado verano los vecinos colgaron decenas de carteles en balcones, ventanas y fachadas "para denunciar y alertar a las autoridades públicamente de esta grave situación". Recuerdan que el pasado julio y agosto la campaña comenzó a tener eco en los medios de comunicación. Poco después se sucedieron decenas de peticiones y al campaña pronto se extendió a otros barrios emblemáticos de Palma "devastados por el problema del ruido, el ocio nocturno y la suciedad". Así en el Jonquet, la Lonja-Bort, el Puig de Sant Pere, la Mercè y la Asociación Banc de s'Oli cuelgan cientos de carteles afectados por la misma situación.

Para los responsables de este colectivo "la respuesta masiva de cientos de vecinos y asociaciones, apoyada por la Federacíó d'Associacions de Veïns de Palma, demuestra una indignación generalizada por el alarmante problema de salud pública y de seguridad ciudadana que se vive en Palma".

Tras las reclamaciones continuadas de los vecinos las autoridades hicieron "el amago" de actuar" y "difunden en la prensa vistosas campañas policiales de fin de semana" al inicio de este verano. Posteriormente se comienza a publicar el número de sanciones puestas a algunos locales o particulares por mal aparcamiento sin mayor resultado. Recuerdan que, a petición de los vecinos, en julio de este año se procedió a delimitar algunas terrazas de bares, "pero no se da mayor seguimiento a esta medida". Asimismo, en las reuniones con las asociaciones se anuncian nuevas medidas e intenciones, "sin solución efectiva y sin mencionar la falta de aplicación de la normativa en vigor, ni el cumplimiento necesario de los derechos de los ciudadanos como primera prioridad política".

Afirman que, un año más, siguen en la misma dinámica: "Poner quejas sin respuesta, recibir notificaciones que no conducen a hechos, hacer reuniones sin resultado y, sobre todo, más noches sin dormir, impotencia, tristeza e indignación al ver como nuestra ciudad, nuestro barrio y nuestras vidas se degradan día tras día".

Los cientos de carteles que decoran ya distintos barrios de la ciudad paar Barri Cívic denotan que "el descanso en los hogares es imposible, la contaminación acústica reina y la degradación de la vida cotidiana en el centro de Palma es insufrible".