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Cort estudia la unificación de las tarifas de recogida e incineración de basuras

En estos momentos existe un desfase entre lo que se recauda por el tratamiento de los residuos sólidos urbanos, con un superávit de entre 8 y 10 millones de euros y el de recogida, que año tras año es deficitario y complica las cuentas a Emaya

El servicio de recogida de basuras es deficitario desde hace años. EMAYA

El sistema tarifario actual del denominado ciclo de los residuos sólidos urbanos, que incluye el proceso de recogida y tratamiento, cuenta en estos momentos en Palma con varias distorsiones.

Por un lado, el servicio de recogida de basuras, que presta la Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya), es año tras año deficitario en cantidades variables pero que pueden llegar a alcanzar entre 7 y 8 millones anuales. Este déficit, que por el momento se ha cubierto con aportaciones municipales a Emaya sin acudir a las subidas de tarifas, en lugar de disminuir, se incrementa con el aumento del reciclaje, puesto que, cuando más se recicla, más se aumentan los costes de recogida y se engruesan los «beneficios» del tratamiento.

Por otra, la recaudación correspondiente al tratamiento o incineración de las toneladas de basura que se recogen en la ciudad y que cobra el Ayuntamiento a cuenta del Consell de Mallorca registra cada año un superávit en torno a los 10 millones. Si se suman el déficit de Emaya por servicio de recogida de basuras con el superávit de Cort con los recibos de la incineración en relación a lo que paga al Consell, se observa que económicamente el ciclo está prácticamente equilibrado.

No obstante, y con el fin de cumplir con la legalidad vigente, desde el Ayuntamiento se está estudiando la posibilidad de unificar ambas tarifas en una. Para ello se convertirán las actuales tarifas en prestaciones patrimoniales no contributivas.

De esta forma, a la hora de fijar el precio a pagar por los contribuyentes por el servicio que se presta (que incluirá la recogida y el tratamiento) se tendrá en cuenta el coste de ambos servicios. El estudio se realizará anualmente, por lo que las tarifas a aplicar cada año también podrán variar. Lo anterior no significa necesariamente, según el presidente de Emaya y teniente de alcalde de Medio Ambiente, Ramón Perpinyà, que se unifiquen también los recibos en un único pago, algo que, admite, «sería lo más lógico», sino que en estos momentos se contemplan tres posibles escenarios: que se cobre todo a través de Emaya; que se mantengan los dos períodos de pago actuales separados, aunque con las tarifas ya ajustadas (lo que supondría probablemente el aumento del recibo de la recogida y la disminución del de tratamiento) o que se unifique el cobro a través del Ayuntamiento. Según Perpinyà cada una de las tres situaciones anteriores tiene sus ventajas e inconvenientes, que se tienen que estudiar a fondo hasta adoptar una decisión definitiva.

Paralamente a la unificación también se va a aplicar lo que se denomina ‘Tarifa Justa’, incluyendo la posibilidad de incorporar bonificaciones a las personas y empresas que más reciclen. Según Perpinyà, el pasado mes de junio se finalizó un estudio encargado con el fin de determinar cómo se puede aplicar la denominada tarifa justa con el horizonte de que pueda ser una realidad en el segundo semestre del próximo año.

Su implantación será posible una vez generalizado el sistema de recogida orgánica con tarjeta, porque permite hacer un cálculo de la generación de esta fracción por cada contribuyente.

Con la unificación de tarifas y la implantación del sistema «justo» de distribución del coste de los servicios se pretender poner fin en parte a la situación actual, que proviene de décadas atrás, según la cual todas las viviendas y despachos profesionales pagan exactamente la misma cantidad tanto por lo que respecta al recibo de la tasa de incineración como del de la recogida.

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