Las tradiciones siguen adelante pese al embite de la modernidad. Este fue el caso de las tradicionales beneïdes de la iglesia de Santa Fe, situada en el barrio de sa Calatrava, celebrada ayer por la mañana. Por allí pasaron cientos de vehículos para rendir honores a San Cristófol, el santo de los conductores que también es el patrón de este barrio del casco antiguo. Durante un largo rato se acercaron cientos de feligreses a bordo de sus vehículos, que iban desde una bicicleta hasta una camioneta. Todos ellos pasaron haciendo movimientos con el volante o el manillar.

No podían faltar los taxistas, que continúan cumpliendo con el rito en honor a su protector, al que acuden cada año a pedir bonanzas para la temporada turística. Finalmente, Salvador Bonet leyó el pregón pronuciado por su padre Guillem tres décadas antes, que este año cumpliría 100 años.