Las peticiones de que el alcalde de Palma, José Hila, destituya a la concejala de Justicia Social y LGTBI, Sonia Vivas, por su gestión en la organización de la Semana del Orgullo, no serán tenidas en consideración por la máxima autoridad municipal. 

A la petición de dimisión o cese de la concejala formulada por el PP, el Pi y distintas entidades ciudadanas se sumó ayer la del sindicato CCOO, no solo por las declaraciones de Kristin Hansen, organizadora de la semana del Orgullo, sino «por su gestión de las políticas de igualdad» que se están desarrollando desde la concejalía.

El alcalde tampoco atenderá la solicitud formulada por sus socios de gobierno Més per Palma, con el fin de que se proceda a la revisión del evento ya que, a su juicio, «cualquier procedimiento administrativo que se realiza en el Ayuntamiento cuenta con numerosos controles previos y se revisa por muchas personas».

Para Hila, la polémica suscitada por las declaraciones de Kristian Hansen en las que afirmó que la organización de la primera semana del Orgullo servirá para que «venga a Palma gente del campo que no ha visto nunca una mujer lesbiana» ha quedado zanjada después de las disculpas tanto de la concejala Sonia Vivas como de la organizadora del evento

El alcalde recordó que le pidieron que se disculpara y lo ha hecho, por lo que considera que, en atención a esta realidad, hay que reconocer que «cuando uno se equivoca, rectifica y pide disculpas hay que tenerlo en cuenta, por lo que yo me quedaría ahí». 

La primera autoridad municipal manifestó asimismo que la semana del Orgullo «es mucho más que lo que diga una persona», por lo que «sigamos adelante y disfrutemos de un Pride (Orgullo) que dé protagonismo al colectivo LGTBI en esta ciudad».

No quiso entrar en cuestiones internas de partidos ni en las malas relaciones que desde hace tiempo mantiene la concejala Sonia Vivas de Podemos con el teniente de alcalde de este mismo partido Alberto Jarabo. 

No obstante, recordó que el pacto de gobierno lleva siete años «y hemos superado juntos una pandemia mundial, una crisis económica y hemos tenido cerrada la ciudad, por lo que creo que mayor prueba de solidez de un pacto como esta no existe».

Rechazó asimismo pronunciarse sobre si el año que viene repetiría la experiencia del Pride de este año, puesto que, tal como recordó, «aún no ha pasado», por lo que es partidario «de no adelantar acontecimientos, que primero se haga la semana y después analizaremos cómo ha ido».

Por su parte, la portavoz del PP en Cort, Mercedes Celeste, advirtió que la declaración municipal de la semana del Orgullo como de interés público municipal supondrá que se podrá vender alcohol en sa Feixina y que no habrá limitaciones horarias. Por ello, insistió en la necesidad de que por parte del Ayuntamiento se controlen los ruidos, los horarios y la convivencia en sa Feixina y Santa Catalina.