Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un grupo inversor sueco compra Can Oliver de Palma para hacer un hotel

Las obras del casal, frente al convento de las Caputxines, acabarán en dos años - Nobis explotará el negocio

Fachada de Can Oliver, el casal de la calle Caputxines que ya está en obras para ser un hotel. | R.SANZ

La casa señorial de Palma conocida como Can Oliver acabará siendo un hotel. Es un hecho consumado. El grupo inversor sueco Genova Property Group adquirió el inmueble de la calle Caputxines, número 9, y ya ha empezado a reformarlo para habilitar un establecimiento turístico de lujo que será explotado por otro grupo sueco, Nobis, que ya gestiona otro hotel boutique en Palma, el Concepció.

Las obras de rehabilitación ya están en marcha. En estos momentos se está en la fase de las estructuras. Tal y como ha podido saber este diario, el proyecto podría estar terminado en año y medio o dos. La empresa constructora es Akko Building Process.

Al igual que en el hotel Concepció, los arquitectos encargados de esta nueva obra son Jordi Herrero y Eduardo García Acuña.

Es de suponer que Can Oliver by Nobis reunirá el estilo escandinavo característico de la cadena sueca con el encanto mallorquín del edificio. En el establecimiento de Concepció también trabajó el estudio sueco Wingardhs.

El grupo Genova compró los dos casales (Concepció y Caputxines) en 2016. Así aparece en la memoria de la empresa del año 2019. Can Oliver anteriormente había pertenecido a la empresa catalana Can Oliver Nou y también algunos medios de comunicación señalaron que antes estuvo en manos de Palacios Mallorquines S.L., sociedad administrada por el arquitecto alemán Axel Dieter Ball.

El edificio, de casi 3.000 metros cuadrados, fue okupado por unas quince personas en el año 2001.

Según el catálogo de protección de Cort, este palacio «en el siglo XII seguramente debió tener mucha más extensión que la actual. Parece ser que en el siglo XIII fue una fortificación hasta que el rey Alfonso III de Aragón la hizo quemar». En el siglo XVII perteneció a John O’Neille. Antes fue propiedad de la familia Dameto. En el siglo XX pasó a la familia Oliver Juan.

Este casal, a tiro de piedra de la Rambla, fue Casa Oliver, donde se abría un salón en el que había demostraciones de ball de bot para los turistas. No faltaron visitantes ilustres como Gina Lollobrigida o Peter Ustinov.

Compartir el artículo

stats