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El taxi prevé una «masacre» tras el duro examen para obtener su carné

La sectorial de PIMEM critica la dificultad de la prueba en un momento en el que hay escasez de conductores

Los ciudadanos están teniendo problemas para conseguir un taxi en Palma. B.RAMON

El sector del taxi pronostica otra «masacre» en el último examen convocado por el ayuntamiento de Palma para obtener el carné que permite conducir uno de estos vehículos, según lamenta el presidente de la sectorial de PIMEM, Biel Moragues, lo que en su opinión va a agravar el déficit de chóferes que padece el sector. Esa previsión de suspensos masivos se explica por las llamadas que esta patronal está recibiendo por parte de los aspirantes, en las que se subraya la extrema dificultad de las pruebas relacionadas con los itinerarios que se hacen por la ciudad. A la hora de fijar un responsable, se apunta al ingeniero municipal encargado de organizar esa convocatoria.

Moragues recuerda que en abril ya se realizó un examen para conseguir el carné de taxista, en el que de 300 aspirantes solo aprobaron 51. El nivel de suspensos fue de tal calibre que el Consistorio optó finalmente por convocar otra prueba extraordinaria a celebrar el pasado 31 de mayo, pero a ésta ya solo se presentaron 155 personas. El problema es que tras concluir el ejercicio, muchas de ellas han expresado a esta patronal su desolación por considerar que ésta era tan difícil o más que la anterior, incluso por parte de personas con estudios universitarios.

El presidente de Taxis-PIMEM recuerda que en estos momentos el servicio se ve colapsado por la enorme demanda existente, con una llegada de turistas que ha superado cualquier previsión, y recuerda que aquellos coches que no consigan un conductor adicional solo circularán durante un turno, mayoritariamente de mañana, haciendo que la falta de vehículos sea especialmente grave durante el de tarde-noche, con lo que ello conlleva a lo largo de los fines de semana. Por ello, se defiende que en estas circunstancias las pruebas diseñadas por el Ayuntamiento, cumpliendo todas las exigencias, deberían de ser más fáciles de superar.

Gabriel Moragues no oculta que el contencioso entre su sector y el ingeniero municipal encargado de esta actividad viene de más atrás.

Para empezar, señala que Cort es muy estricto en las condiciones que fija para que un coche pueda ser utilizado como taxi, y por ejemplo no autoriza ninguno de segunda mano que tenga más de dos años de antigüedad. Esta limitación se considera excesivamente estricta, ya que en Barcelona pueden tener hasta seis años de vida, siempre que sustituyan a otro con una edad superior.

Pero en un momento en el que faltan coches en el mercado (la escasez de microchips hace que haya esperas de seis a doce meses para poder adquirir algunas marcas), Moragues es especialmente duro con la decisión del citado técnico de negarse a autorizar algunos modelos que sí están siendo empleados como taxi en otros municipios de Balears.

El presidente de la sectorial de PIMEM pone algunos ejemplos que considera llamativos: el Consistorio no permite que se utilice como taxi en Palma ningún modelo que se siga fabricando de marcas como Renault, Peugeot, Citröen, Hyundai, Dacia o DS, y solo hay un modelo permitido de Seat (el León ST) o Volkswagen (el Caddy). En el resto de las islas, puede circular como taxi cualquier coche homologado por el Centro Español de Metrología para que pueda llevar un taxímetro.

En este aspecto, se responsabiliza al citado ingeniero de la decisión de no autorizar algunos de estos coches y de la dureza de los exámenes para conseguir el carné de taxista, y se reprocha al teniente de alcalde de Movilidad Sostenible, Francesc Dalmau, que permita esa actitud.

Cambios en estudio

Dalmau rechaza las críticas de los taxistas al citado técnico, y defiende el trabajo que está realizando. En su opinión parte del problema entre ambas partes es que dicho ingeniero es también el responsable de las inspecciones que deben de pasar los taxis y «en ocasiones no le queda más remedio que hacer el papel de malo de la película» para mantener su autoridad ante el citado colectivo.

Sin embargo, el teniente de alcalde no oculta que existen un problema para conseguir coches de repuesto, y señala que se está estudiando la posibilidad de modificar la actual exigencia de que la antigüedad máxima de un coche usado para dar ese servicio sea de dos años.

En relación al alto porcentaje de suspensos que el sector pronostica tras el último examen para poder tener el carné de taxistas, insiste en que éstos todavía se están corrigiendo y que es prematuro hablar de los resultados.

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