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El alquiler turístico ilegal se extiende a todos los barrios de Palma al calor de un verano de récord

Numerosos anfitriones ofrecen pisos y habitaciones a turistas en barrios como La Soledat, Camp Redó o Son Gotleu por menos de 30 euros la noche - Las buenas perspectivas para la temporada alta animan a los propietarios a saltarse la normativa

El alquiler turístico ilegal se extiende a todos los barrios de Palma al calor de un verano de récord AIRBNB

El alquiler turístico ilegal ha salido del casco antiguo y del paseo marítimo para extenderse por todos los barrios de Palma, donde numerosos propietarios desafían la prohibición y arriendan la vivienda entera o por habitaciones. La actividad no está permitida en edificios plurifamiliares en todo el municipio, pero son muchos los residentes que se exponen a una cuantiosa sanción económica abriendo las puertas de sus hogares a turistas de cara a una temporada que se prevé de récord. 

La oferta ilegal está dispersa por todos los barrios de Palma, desde el cotizado casco antiguo hasta populares barriadas de la periferia como Son Gotleu, Son Cladera, La Soledat o el Camp Redó. Los precios por noche son más asequibles en esas demarcaciones y ofrecen a los turistas la posibilidad de pasar una noche en Ciutat por menos de 30 euros, nada que ver con las tarifas de un hotel. 

Es la realidad que describe Inside AirBnb, una plataforma que rastrea anuncios —legales e ilegales— en las zonas del planeta donde AirBnb tiene más presencia. Y Mallorca es una de ellas.

«Precioso piso a 15 minutos del centro de Palma», reza un anuncio en la popular plataforma de una vivienda ubicada en el Camp Redó. No incluye un número de licencia —ningún piso en Palma puede tenerla legalmente— y su precio es de 75 euros la noche en julio y agosto, meses para los que ya hay poca disponibilidad. 

Pese a que se trata de un arrendamiento vacacional ilegal, el anfitrión cobra treinta euros aparte por gastos de limpieza y otros 18 en concepto de cargos de gestión. Aún así la estancia resulta más económica que en la gran mayoría de alojamientos reglados, y solo a cambio de renunciar a la comodidad de pernoctar en el centro.

Para los propietarios convertir su piso en un hotel es extraordinariamente rentable. Muy cerca del Camí de Son Gotleu se alquila un ático de dos habitaciones por cien euros la noche. La vivienda se anuncia para cuatro huéspedes, por lo que sale a 25 euros cada uno por pernoctación. Precio a cambio de sacrificar ubicación, aunque en los comentarios hay algunas críticas al respecto. «La ubicación la verdad que da algo de mal rollo, porque es un barrio un poco desagradable», dejó escrito una huésped que se alojó allí el pasado agosto. 

En el cercano Son Canals se alquila una habitación por 55 euros la noche —y 40 euros de gastos de limpieza—. Todo son beneficios para unos propietarios que, al ejercer una actividad al margen de la legalidad, no pagan impuestos ni están sometidos a la normativa y las restricciones que sí rigen en los alojamientos regulados. 

Junto al Carrefour de General Riera una anfitriona alquila una de las habitaciones de su vivienda por 43 euros la noche. Eso sí, el arrendamiento mínimo es por dos días, aunque en este caso no cobra gastos de limpieza. 

Abundan los propietarios que alquilan habitaciones, y en muchos de los casos tienen reservas para gran parte de la temporada alta. En Son Oliva, cerca de la Vía de Cintura, se anuncia una habitación por 26 euros —aunque el alquiler mínimo es de tres noches—: «Confortable piso a solo 20 minutos caminando al centro, plaza España, y 30 minutos de la playa. El piso se encuentra en una cuarta planta sin ascensor, muy luminoso, con vistas a la montaña». 

Oxígeno judicial a AirBnb

AirBnb sigue siendo fértil en anuncios sin licencia pese a que la normativa turística del Govern prohíbe a las plataformas anunciar oferta ilegal. Hasta ahora los tribunales han pronunciado sentencias favorables a este popular portal que le han evitado pagar las sanciones que ha impuesto el Ejecutivo balear. Y este mismo febrero el Tribunal Supremo anuló una orden de la Generalitat de Cataluña que obligaba a la plataforma a eliminar de su web los anuncios ilegales.

De este modo, los anfitriones de Palma lo tienen muy fácil para comercializar oferta ilegal pese a que la normativa se lo impide.

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