Un albergue juvenil con capacidad para casi trescientos turistas que acaba de abrir en el barrio de Foners ha puesto en alerta a los vecinos, preocupados por las molestias y ruidos que ya han sufrido estas vacaciones de Semana Santa y que, temen, se multiplicarán este verano.
El The Boc City abrió a finales de marzo en la calle Son Pontivic, una vía pequeña y estrecha que, lamentan los residentes, ya ha multiplicado su tráfico habitual con taxis que transportan a los turistas y vehículos de alquiler que ocupan frecuentemente los vados particulares. El trasiego de turistas además se prolonga durante toda la madrugada porque el albergue ofrece servicio de recepción durante las 24 horas.
Los vecinos auguran una difícil convivencia con los clientes del nuevo establecimiento, mayoritariamente viajeros jóvenes y mochileros atraídos por unos precios muy asequibles y la posibilidad de diversión que promete el terrado con piscina.
Los residentes ya se han quejado por los ruidos provocados por las concentraciones de jóvenes de madrugada en la puerta de entrada al establecimiento. También han notado alboroto procedente de la zona de la piscina pese a que durante la Semana Santa todavía permanecía cerrada.
Los vecinos consultados argumentan que The Boc City cambiará la dinámica de un barrio hasta ahora tranquilo y popular. Y lamentan que un área de Palma que hasta ahora permanecía «olvidada» se haya dotado con casi trescientas plazas turísticas. «Es como ponerte un hotel de s’Arenal al lado de tu casa. Temblamos de pensar cuando en junio vengan chavales de viaje de fin de curso», manifiestan algunos de los afectados.
El Ayuntamiento de Palma concedió la licencia de este albergue en abril de 2020 pese al rechazo de la Federación de Asociaciones de Vecinos, que aseguró que el expediente se comenzó a tramitar durante la moratoria de licencias para hoteles en el centro histórico y en la primera corona del Eixample.
La regidora de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, defendió que el proyecto se había tramitado cumpliendo «escrupulosamente» con la normativa vigente, y aseguró que este tipo de establecimientos pueden convertirse en «una herramienta para el cambio de modelo turístico».
