«Qué ilusión cantar en Palma, ya era hora». Ciutat volvió a vivir ayer una noche musical mágica con artistas de renombre como la mallorquina Maika Makovski y la banda sueca The Hives. Si hiciéramos una lista de grandes músicos que destaquen por su polivalencia, sin duda Makovski entraría directa. La cantante estuvo deleitando con su música a todos los ciudadanos y visitantes de Palma durante su adolescencia y primera juventud ya que solía recorrer las calles para mostrar su talento antes de despegar en el mundo de la música.

Por ello, la actuación de ayer congregó a más de 400 personas en la plaza del Rey Joan Carlos I y estuvo envuelta en un cierto halo de melancolía porque volvía a actuar ante su público, que le ha visto crecer en todos los sentido. Con su concierto demostró que sigue siendo un verdadero ejemplo de efervescencia creativa y musical. La presentación de su último disco MKMK fue emocionante e hizo vibrar a todos los allí presentes, pese a que algunos no conocían su música.

Sobre Makovski se han dicho muchas cosas, principalmente buenas y alabadoras, pero un detalle sobresale en sus actuaciones: tiene un don especial para la mezcla de estilos. Sus canciones la han situado como uno de los principales activos que tiene el pop rock español en la actualidad, porque su versatilidad le permite moverse por un terreno mucho más amplio que otros artistas. Algunos hablan de que su paso por la televisión, donde presentó el exitoso programa de La 2 La hora musa, fue su trampolín al éxito, pero la mallorquina ya contaba con el respeto de crítica y público desde mucho antes.

También hubo momentos para la ironía y el humor, cuando la cantante preguntó: «¿Por qué pitáis de repente? Aquí nadie pone el intermitente en las rotondas». Y para la intimidad, al quedarse sola en el escenario para interpretar su canción Places where we used to sit, una mezcla entre country y folk con claros toques de rock clásico.

Algunas asistentes del concierto no la conocían y era su primer contacto con su música, y hubo sorpresas. «Qué inglés más bueno, no es española, ¿no?», preguntó una mujer a sus amigas, que sabían lo mismo que ella y así se lo hicieron saber.

La cantante lleva años demostrando que el talento sin trabajo no sirve de nada, y eso se transmite con su gran presencia en el escenario. En sus influencias musicales encontramos a  PJ Harvey o Cat Power, pero también a artistas como Joni Mitchell. Una compositora única.

Su disco suena original pese a que sigue las directrices del rock. Todo esto no sería posible, como es obvio, sin la banda de músicos que la acompañan, que se encargan de hacer bailar al público con temas como Love Till I Die o Purpose. Makovski y su grupo son, sin lugar a dudas, un equipo que se entiende a la perfección y se mueven por el escenario con total libertad.

The Hives siguieron la fiesta

La noche musical no acabó con Makovski y su grupo, sino que se alargó hasta pasada medianoche en una jornada que devolvía la esperanza de una vuelta total de los conciertos al aire libre y que recordaba a las noches festivas de verano en las que se podía disfrutar de la música sin restricciones de ningún tipo, pese a que ayer era obligatoria la mascarilla si estabas en la pista. Todo llegará, sin duda. o la banda sueca The Hives, que venía de tocar en Madrid hace tan solo dos días. Como era de esperar, no faltaron sus éxitos Come on!, Hate to say I told you so, I’m alive o Tick tick boom.

Había mucha gente en Mallorca que esperaba este momento porque se trata de una banda con mucho recorrido y con seguidores en todos los lugares del mundo. Así, danzaron como en épocas prepandémicas, siempre respetando las medidas establecidas, pero con el objetivo de volver a vivir aquellos conciertos en los que el virus no era ni una posibilidad porque nadie imaginaba que el mundo tendría que parar. Incluso una chica catalana presente en el concierto tenía claro que era un momento perfecto para evadirse porque «yo la semana que viene no sé dónde estaré».