«Esta isla me ha dado la carrera, si no hubiera nacido en Mallorca no estaría donde estoy». El cantante mallorquín Rels B ofreció ayer en el Parc de Sa Riera de Palma un concierto que pasara a la historia de esta comunidad después de congregar a miles de personas que cantaban sus canciones a pulmón. Esta era la primera cita de su nueva gira Flakk Tour 2022 y, como no podía ser de otra forma, el inicio tenía que ser en casa y especial.

Por si alguien tenía dudas sobre su capacidad de movilización, los datos ya anticipaban que iba a ser un éxito total: 2.449 millones de reproducciones en su canal de Youtube y casi 11 millones de oyentes mensuales en Spotify, plataforma donde es el artista número 497 más escuchado del mundo. Pese a las pocas entrevistas y apariciones en medios de comunicación, lleva más de un lustro siendo uno de los músicos mallorquines con mayor proyección internacional y, actualmente, ostenta la primera posición por mérito propio. Ha cantado por todo el globo con números dignos de una estrella del rock: en su nueva gira llenará estadios con 40.000 personas en su concierto de Ciudad de México, 30.000 en Buenos Aires y más de 10.000 en Santiago de Chile.

Su actuación, pese a tener un simbolismo único por el contexto geográfico y social, evidencia que vive una época dorada en la que la inspiración sigue instalada en su cabeza para continuar creando canciones que dan la vuelta al mundo. Tener oyentes en todos los continentes de este planeta solo está al alcance de unos pocos.

Aunque no ofreció grandes discursos, la emoción era palpable y Rels B iba soltando algunos agradecimientos «de corazón» tanto a los asistentes como a todos aquellos que apoyan su música y llevan años «dándomelo todo». Porque un artista se debe a su público, y eso él lo sabe perfectamente.

Después de estos dos años de pandemia, con tantas dificultades para todos, confeso que estaba viviendo «un sueño» y se mostró visiblemente emocionado en varios momentos del concierto, sobre todo cuando cantaba canciones reconocidas como Lágrimas de cocodrilo, La prisión o A Mi.

Rels B, consciente del privilegio que supone poder cantar ante su público, donde muchas personas ya le conocían desde sus inicios, valoro que Cort le hubiera elegido para dar comienzo a los conciertos de la Revetla de Sant Sebastià porque es «un orgullo», y envió un mensaje a todos aquellos que dudaron de su valía: «A los raperos siguen viéndonos mal, pero mira lo que hemos conseguido». La respuesta fue, como era de esperar, enorme. El público grito y aplaudió sus palabras después de casi hora y media de actuación.

La mayoría de los asistentes no superaba la treintena, aunque muchos se refugiaban en las últimas filas porque, como reconoció una mujer, «ya tengo una edad, ahora prefiero la calma». Las prioridades cambian.

El rapero certificó ayer que el público de casa siempre suele ser el más exigente, y pese a las contadas actuaciones en la isla, los mallorquines siempre responden a su llamada. Su espectáculo, que exige una entrega total a los situados en las primeras filas, ha ido cogiendo forma en los últimos años hasta llegar a este punto, con una banda exquisita donde cada uno aporta su genialidad personal para conseguir un directo en el que se nota que cuidan cualquier detalle. Rels B mostró a sus detractores que, con ellos o sin ellos, ya había alcanzado el éxito.