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Las memorias de Pepe Marroig, un mítico de la noche palmesana: «Gomila ya no será lo que fue, pero hay que dignificarla»

'Gomilero' de toda la vida y al frente de La Polka desde hace diez años, publica un libro sobre la edad de oro de esta zona nocturna de Palma

Pepe Marroig, en La Polka.

Para Pepe Marroig, figura legendaria de la noche palmesana, Gomila eclosionó en los años 60. «Beatles 61, Rollings 69, minifalda y Mary Quant, 1966», enumera de memoria. «Los jóvenes se metían en un garaje y hacían lo que podían, como los Four Winds and Dito, que alcanzaron buen nivel, y a otro nivel estaban Los Javaloyas, de los cuales soy admirador», confiesa el responsable del mítico La Polka, que acaba de publicar Gomila Babilonia (Rapitbook), otro libro muy personal de memorias colectivas donde desfilan algunos de los personajes que dieron esplendor a esta zona, «la ciudad del pecado», y en cuyas páginas Marroig les da voz.

La época dorada de Gomila se remonta a finales de los 60 y se prolonga hasta mediados de los 70. La historia ha sido mil veces contada: Errol Flynn frecuentó la zona, Jimi Hendrix tocó en Sgt. Peppers y Marlene Dietrich cantó en Tito’s. Por cierto, cobró un millón de pesetas. Pepe lo vivió de muy joven y empezó a salir por bares legendarios como el Chotis, Joe’s, La Polilla o la primera Polka.

Ahora, el barrio va perdiendo su esencia «por el negocio inmobiliario que supone», denuncia. «Todo apunta a que habrá una expulsión paulatina pero constante de las personas con las rentas más bajas. Yo nací en la calle Soldado Marroig, en El Terreno, frontera con Son Armadams. Soy terrener y todo esto me duele, si bien mi padre también vendió. De esto hace mil años, yo tenía seis», relata.

PLAZA GOMILA AZERTUM

Marroig, que ya escribió La canallesca (2019), asegura que ha escrito este nuevo libro «por las crecientes expectativas». «Aquella Gomila no volverá, pero hay que dignificarla. Este libro quiere empujar todas las ilusiones depositadas en algo que tuvo muchos claros: Babarella, Sgt Peppers, Tagomago «y yendo más atrás, en Palma, Es Gallet o El Centro de la Guitarra».

El barrio de El Terreno también tuvo responsabilidad en la llegada de la modernidad a la isla, cree Marroig, «pero solo en parte», matiza. «No olvidemos el fenómeno Deià con la llegada de Robert Graves, Daevid Allen o mi amigo Kevin Ayers, que llegó como negociante, pero se enamoró de aquel pueblo».

El también responsable de La Polka con Carmina Salas echa de menos aquella Gomila que era «territorio libre», «donde se aparcaba donde fuera, donde todo valía», también los excesos que tanta factura pasaron después. 

Marroig cuenta Gomila a través de las voces de sus protagonistas y muchos de sus amigos: Juan Negreira, Xavier Pastor, Julieta Almagro, Juan Segura, Frederic Suau o la familia Bonet, con la que vivió hace diez años en s’Aigua Dolça. 

La Polka es ahora un espacio de resistencia en la zona «y una muestra clara de que hay mezcla generacional. Son 50 años detrás y mucho trabajo», dice. «Rafa Navarro la parió con la aquiescencia de Guillermo Vidal». Con esta pandemia, el establecimiento aguanta con dignidad. «Cuando entra un grupo de polkeros, antiguos polkies, les digo ‘gracias por venir’ y ellos me responden ‘gracias a ti, por habernos devuelto nuestro bar’». A todos los locales nuevos que están abriendo en la zona, Marroig les desea mucha suerte. 

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