No es la primera vez que un proyecto de remodelación del paseo marítimo del Molinar contempla la sustitución de los tamariscos plantados en la primera línea de esta barriadas por otros elementos. En 2001, el proyecto de recuperación ambiental del tramo de consta situado entre Can Pere Antoni y es Carnatge, encargado por la dirección general de Costas del ministerio de Medio Ambiente, al frente del cual estaba el expresident del Govern Jaume Matas, contemplaba la sustitución de estas plantas por «grandes rocas», de aproximadamente cuatro metros de altura y un máximo de 40 toneladas de peso como elementos que darían «carácter al paseo».
El proyecto también contemplaba la demolición del actual paseo elevado para alinearlo con la calle, construyendo entre el dique de contención y el pavimento un muro de entre 80 y 120 centímetros de altura, que debía revestirse de madera de siroco o similar.
No se contemplaba la plantación de árboles, aunque se proponía a lo largo de la zona peatonal la colocación de una serie de pérgolas con el fin de crear zonas de sombra. El pavimento del nuevo paseo debía ser de piedra natural y, con el fin de facilitar la evacuación del agua del mar que «un par de veces al año» rebasa el dique por el efecto de las tormentas, se disponían unas aperturas rectangulares en el dique coincidiendo con los puntos bajos de la rasante para llevar de nuevo el agua hacia el mar. Los vecinos rechazaron de plano este proyecto, que no llegó a ejecutarse.