La plataforma ciudadana No toqueu sa Garrigueta Rassa, integrada por la Federacio d’Associacions de Veïns de Palma y entidades vecinales y ecologistas como el GOB y Terraferida, quieren que, antes de que se autoricen otros posibles usos en las canteras de sa Garrigueta Rassa y en su vecina de Can Rosselló, «se rehabiliten primero de verdad». Igualmente, quieren que en el caso de que finalmente se autorice otro uso que, en realidad, «es otro negocio posible», se «consensúe con los barrios del entorno».

La plataforma afirma que «hay una responsabilidad institucional» por haber consentido «los 50 años de explotación» de esta cantera «sin licencia», y en los últimos 18 años «sin exigirle la preceptiva rehabilitación», así como en la decisión pendiente en el momento actual, que esperemos que no sea una nueva agresión al entorno humano, vecinal y ciudadano de estas canteras».

Asimismo, indican que el pleno de la Comisión Balear de Medio Ambiente, que aún debe pronunciarse sobre el proyecto de restauración, «tiene la oportunidad de exigir una modificación sustancial del proyecto para que realmente sea de restauración y se adapte a la normativa de 2009». Lo anterior significa que «se debe cerrar el perímetro de la antigua explotación, sacar los restos de metales, limpiar la tierra contaminada, distribuir el material acumulado para el llenado que sea posible, enriquecer el suelo con tierra vegetal, sembrar y que la naturaleza haga su función».

Consideran que este proceso «no debe duran más de dos o tres años». Una vez realizadas las labores descritas anteriormente, afirman que las empresas estarán en disposición de «presentar otros proyectos de explotación que se adapten a la normativa y sean adecuados al entorno humano y natural».