Que una obra de arte contemporáneo te guste o no es algo totalmente subjetivo. A mí, personalmente, que una escultura de hierro se oxide delante del mar me encanta. No sé muy bien qué debía pensar el caballero de la foto, pero por el tiempo que se pasó mirando y su cara de no entender nada, creo que no le gustó tanto como a mí.