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Palma

Bel Font reivindica una mirada «cabal» para apreciar los rincones de Palma

La directora de la galeria 6A fue la encargada de pronunciar el pregón de la Festa de l’Estendard

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Bel Font reivindica una mirada «cabal» para apreciar los rincones de Palma

La directora de Edicions 6A Obra Gràfica Galeria d’Art, Bel Font, era la elegida de este año para pronunciar el Pregó de l’Estandard en un momento incierto por la covid-19. A diferencia del acto de 2020, que solo se pudo seguir de forma telemática, este contó con algunos invitados presenciales. En el salón de plenos de Cort, el alcalde de Palma, José Hila, y el regidor de Cultura, Antoni Noguera, fueron los encargados de presentar a la invitada.

Antes de empezar, Font quiso agradecer su elección pese a la «humilde trayectoria», aunque lo percibe como un «deseo por el trabajo que le queda por hacer». Recordó que tres años antes había recibido en aquella misma sala la Medalla de Oro de la Ciudad por los más de 35 años de historia de la galería que dirige. También se acordó del anterior pregonero, Sebastià Alzamora, y reivindicó la «importancia de saber mirar» porque se ha convertido en un gesto «imprescindible y necesario» en el día a día. Mirar, confesó, es también «natural y espontáneo». En momentos de inmediatez, siguió la galerista, la sociedad necesita miradas «reposadas y valientes» que no miren a otro lado.

El texto recitado tenía por título Mirades cabdals, en referencia a la mirada como decisión fundamental en la vida. El simple gesto de la observación adquiere una relevancia mayor si tenemos en cuenta su profesión y recorrido vital. Admitió que la mirada «debe ser educada» y, a pesar de todo, no pudo evitar la nostalgia al pensar en el pasado: «He tenido la gran suerte de vivir esta fiesta desde mi infancia, y gracias a mi padre que era un discreto y valioso hombre cultura». Y en aquel instante llegó la emoción: «Hoy entiendo la importancia de una liturgia que derrama solemnidad, de una fiesta que se ha conservado intacta, y que es patrimonio histórico y cultural de Mallorca. Y que es muy nuestra». 

Para Font, igual que sucede en muchas familias de Ciutat, esta cita anual era una experiencia colectiva más que individual. Palma, repitió, es una ciudad llena de lugares «únicos», pero quiso acordarse de algunos en concreto como espacios donde fue feliz: Can Miquel, el Forn d’en Seguí, Can Frasquet, Cas Net, Can Joan de s’Aigo o el Forn Cremat. «Me mostraron cómo vivir, revivir y convivir, con vivencias entrañables y miradas, muchas miradas llenas de curiosidad; inocencia y fascinación, que me iniciaron en un amor profundo por nuestra ciudad».

Tuvo tiempo para recordar los inicios de la galería 6A, con personas como su abuelo o Pep Sitjar, uno de los fundadores, y confesó que aún conserva una lámina «significativa» de aquella época porque representa su primer contacto con el espacio al que dedicaría gran parte de su vida adulta. 

«Creo en la cultura, la vivo y la sufro, y me duele cuando esta no se toma seriamente. Me han educado creyendo en la cultura, como herramienta capital para la evolución de una sociedad, y la nuestra no es tan diferente al resto», manifestó.

A sus ojos, Palma es «una ciudad dentro de otra, cada vez más grande», ubicada en una «pequeña pero inmensa» isla mediterránea: «Afortunados somos los que hemos tenido la oportunidad de conocer diferentes ‘Palmas’. Ha cambiado, nosotros hemos cambiado, pero los cambios pueden convertirse en grandes oportunidades».

Antes de terminar, Font introdujo algunos elementos para reflexionar sobre el futuro de la ciudad y de la isla. «Quiero que Mallorca sea tierra de acogida, pero también quiero que sea tierra acogedora. Y, puestos a pedir, quiero que sea sostenible. Somos consciente de que conseguir el equilibrio es muy difícil, pero no imposible. Y creo firmemente que todavía estamos», explicitó antes de volver a la senda del optimismo y la esperanza, porque «tenemos que valorar el que hemos tenido, disfrutar de lo que tenemos y cultivar lo que tendremos. Mallorca, solo hay una; esta, la nuestra».

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