Las entidades ARCA y Flipau amb Pere Garau denuncian que "crece la indignación" entre los vecinos de la calle Nicolau de Pacs por la "congestión" que provoca buena parte del tráfico desviado de la calle Nuredduna, ahora objeto de peatonalización, incluyendo cuatro líneas más de buses y una "macroparada" instalada en la cabecera de la vía.

"La peatonabilidad se ha visto reducida y los vecinos, y muy especialmente los mayores, se quejan de que la presencia continua de autobuses supone una intimidación para quienes usan el paso de cebra de Nicolau de Pacs. Sienten que se ponen en peligro cada vez que deben cruzar la calle. Otros manifiestan estar indignados por el incremento brutal de la contaminación acústica y se ven condenados a vivir con las ventanas cerradas", denuncian ARCA y Flipau amb Pere Garau, que han formado un frente común contra la intervención municipal en Nuredduna.

"Han empezado a aparecer pancartas pidiendo mantener el bus en Nuredduna. Lo mismo que durante más de un año lleva proponiendo la campaña 'Pere Garau, molt més que Nuredduna', que reclama combinar la prioridad peatonal con el transporte público. En el estado actual de las obras, todavía es posible", afirman ambas entidades.

"Este empeoramiento de las condiciones de Nicolau de Pacs es solo uno de los problemas del proyecto del consistorio: ruido concentrado, trayectos más largos, más contaminación, mayor coste y una vez más, la gentrificación…", subrayan.

El eje cívico de Nuredduna, que implicará la peatonalización de la calle, ha atraído a inversores extranjeros al barrio de Pere Garau, interesados en comprar propiedades en una zona que ya ha empezado a revalorizarse. Las entidades críticas con el proyecto temen que el barrio siga el ejemplo de Santa Catalina.