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El Govern prorrogará la prohibición de abrir nuevas salas de juego y apuestas

Juguesca combate la adicción desde Pere Garau, donde convive con una veintena de salones: «Cada vez vienen más jóvenes»

El Govern prorrogará la prohibición de abrir nuevas salas de juego y apuestas | B. RAMON

La moratoria de dos años que impide la apertura de nuevos establecimientos dedicados al juego en Balears y que vence el próximo 11 de enero se alargará. El Govern necesita más tiempo para ultimar la reforma de la ley del juego y las apuestas de las islas, que se ha quedado obsoleta frente a las nuevas modalidades surgidas en los últimos años.

«Estamos estudiando la forma de prorrogar la actual moratoria. O bien de encontrar otro instrumento que nos permita acabar de desarrollar nuestro decreto de planificación para poner orden en el sector», explicó el director general de Comercio del Govern, Miquel Piñol.

La moratoria entró en vigor en enero de 2020 para frenar el ‘boom’ de aperturas de los años precedentes. Desde entonces el Ejecutivo autonómico no ha concedido nuevas licencias. «Había un sobreexceso de estos establecimientos y durante el tiempo que durara la moratoria nos comprometimos a elaborar el decreto. Pero nos cogió la pandemia en medio del proceso y ha retrasado nuestro trabajo. Necesitamos un tiempo extra, veremos cómo hacerlo con nuestros servicios jurídicos», señaló Piñol.

La duración de la nueva prórroga todavía está en el aire. «Puede que solicitemos un año, o más. Veremos cuánto tiempo necesitamos para terminar la reforma de la ley», añadió el director general de Comercio.

El nuevo texto incluye la prohibición de abrir locales a menos de 500 metros de centros educativos —ahora el límite es de solo 100 metros—, infracciones más severas y la prohibición de exhibir publicidad, salvo la del juego online al ser competencia estatal.

«Les tenemos que proteger»

Juguesca mantiene un pulso contra las adicciones provocadas por el juego desde hace 29 años. La asociación se ubica en el corazón del problema, el barrio de Pere Garau, que en una reducida área que incluye a Son Gotleu registra una veintena de establecimientos dedicados al juego y las apuestas. Una enorme concentración teniendo en cuenta que en todo el archipiélago operan 146 establecimientos. La asociación está en un primer piso con vistas privilegiadas a un Punt de Joc abierto en la acera de enfrente. Y no es casualidad que estos locales proliferen en barrios con mayores tasas de paro y pobreza.

«El juego es muy adictivo y cualquiera que lo prueba tiene un riesgo de sufrir una adicción. Aunque hay personas más vulnerables: jóvenes y personas con problemas económicos o de salud mental. Una vez recuperados también son muy vulnerables. Son los clientes preferidos por estas empresas: quienes tienen una situación difícil o personas ya recuperadas después de un tratamiento que pueden perder el control otra vez y tener una recaída. Por eso les tenemos que proteger», subrayó Júlia Monge, psicóloga clínica de Juguesca.

Pautas para personas en tratamiento.

«Dejar de jugar es fácil, pero además tienen que aprender a vivir sin el juego. Llegan aquí con una situación muy crítica que en el 99% de los casos tiene que ver con la economía. Pero la economía se recupera antes que la confianza y por eso trabajamos muchísimo la parte psicológica de los daños que ha creado el juego, en la persona y en su entorno», señaló Antònia Miralles, también psicóloga clínica de la asociación.

A día de hoy supervisan a unas sesenta personas, incluyendo las que hacen terapia y las que están en seguimiento tras ser dadas de alta. «Los bingos se han ido cerrando, pero ahora tenemos los salones de juegos y las casas de apuestas, además del juego online. Eso ha bajado la media de edad. Nos llegan jóvenes con una media de 23 o 24 años y que ya llevan mucho tiempo jugando», advierte Miralles.

Monge pide más restricciones para el sector. «Se tiene que eliminar toda la publicidad, también la del juego estatal o de la ONCE. Y las máquinas tragaperras en los bares no son necesarias, pero si las pones se convierten en una necesidad para algunas personas», afirmó. «El problema es que es una industria que mueve mucho dinero, paga muchos impuestos y sabe cómo moverse para frenar cambios que vayan en la línea de proteger a la población. De hecho, niegan que haya una problemática de adicción. En los anuncios dicen ‘juega responsablemente’, dándole la responsabilidad al jugador. El mensaje debe ser ‘no juegues’», expresó esta experta.

En 2020 el número de personas autoprohibidas del juego en Balears se incrementó un 56,9% con respecto al año anterior, un aumento que sitúa al archipiélago a la cabeza del Estado. Asimismo, casi 100 personas iniciaron un tratamiento por adicción al juego y a los videojuegos, según recoge el primer informe del Observatorio de Juego Online de las islas.

Más salones en los barrios de Palma más 'pobres'

El municipio de Palma contabiliza exactamente la mitad de los establecimientos dedicados al juego abiertos en Mallorca: 59 de un total de 118, según el listado de salones de juego que elabora la dirección general de Comercio del Govern y que está actualizado hasta el pasado jueves.

Un Punt de Joc desde la sede de Juguesca de Pere Garau.

La gran mayoría de ellos se focalizan en los barrios con rentas más bajas de Palma, imitando lo que sucede en la mayoría de ciudades de tamaño mediano y grande.

A partir del listado del Govern, que incluye las direcciones de cada establecimiento, se podría dibujar un mapa en el que figuraría una acumulación de salones de juego en los barrios de Son Gotleu y Pere Garau, donde hay una veintena de salas abiertas.

Del mismo modo, hay varias casas operando en Bons Aires, el Camp Redó y en la zona de Foners. La mancha se extiende desde las Avenidas hacia el Eixample, pasando por casi todos los barrios marcados por la vulnerabilidad económica.

En cambio, la presencia de estos establecimientos, la mayor parte franquicias, es residual desde las Avenidas hacia el mar, superficie ocupada por los barrios más acomodados de la ciudad. La mayoría se encuentran en la zona del Passeig Marítim, más enfocados a captar turistas. En este sentido, también es fácil encontrar este tipo de establecimientos en Platja de Palma.

«Los empresarios del juego hacen estudios de los barrios en los que es probable que puedan tener más clientela. Sin tener en cuenta los problemas que causan, porque para ellos es un negocio. En los barrios de clase alta no hay salones de juego, siempre están en los obreros», explica Júlia Monge, psicóloga de Juguesca.

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