La Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya) va a renovar las redes de recogida de los líquidos contaminantes que se producen en el vertedero de residuos sólidos urbanos de Son Reus clausurado y sellado hace una década, así como su actual depuradora, que será sustituida por otra de nueva construcción que utiliza el sistema de osmosis para el tratamiento de los lixiviados.
La junta de gobierno del Ayuntamiento de Palma celebrada esta mañana ha aprobado una inversión de más de 1,2 millones para que la empresa municipal proceda en los próximos meses a la ejecución de estos trabajos que se enmarcan dentro del plan de gestión ambiental y de mantenimiento de Son Reus, que ejecuta Emaya.
El teniente de alcalde de Medio Ambiente y presidente de esta empresa municipal, Ramon Perpinyà, ha asegurado que esta actuación no tiene nada que ver con las conclusiones del informe encargado por Emaya al Instituto Geológico y Minero de España, en el que se pone de manifiesto que los lixiviados del vertedero clausurado contaminan el subsuelo del entorno en el que se asienta y recomienda la retirada de los miles de toneladas de basura acumuladas en este espacio desde la década de los años 70 procedentes de toda Mallorca.
Perpinyà ha reiterado que la empresa no comparte las conclusiones de este informe y ha arremetido contra sus autores afirmando que «quienes propugnan que desmantelemos este vertedero pueden que sepan mucho de geología, pero no tienen ni idea de lo que están hablando».
Controles trimestrales
Ha insistido en que todos los controles que se realizan trimestralmente sobre la calidad del agua del acuífero, si bien es cierto que dan una alta concentración de metales, en ningún caso se supera el valor límite autorizado por la legislación vigente en esta materia. Además, los pozos próximos situados en las inmediaciones del depósito sellado y clausurado, excepto uno, salvo casos excepcionales disponen de agua que, previamente tratada, podría destinarse al consumo humano. En el pozo más afectado por la filtración de lixiviados el agua es apta para el riego.
Perpinyà ha asegurado también que "todos los especialistas sobre la clausura de vertederos en activo consultados por la empresa han desaconsejado la retirada de la basura acumulada" ya que, además de su coste económico, cifrado en más de 4.100 millones (el presupuesto de un año de la Comunitat Autònoma) "habría que buscar un sitio alternativo en el que depositar las más de 4 millones de toneladas de basura acumulados en este depósito que ya no se utiliza".
El también teniente de alcalde de Medio Ambiente ha indicado que la inversión aprobada este miércoles no se relaciona con el procedimiento judicial por presunto delito contra el medio ambiente que se sigue en un juzgado, con el que Emaya colabora en todo lo que se le pide, ya que se trata de actuaciones ya previstas anteriormente. De hecho, recordó que tan solo hace un año se cambiaron también las canalizaciones que recogen el gas metano producido por la combustión sin la presencia de oxígeno de las basuras acumuladas y que se canalizan hacia un quemador para su combustión.
Igualmente, para el próximo año se prevé la sustitución de la capa de tierra impermeabilizada que cubre las sucesivas capas en las que se fueron depositando los desperdicios.
Con el proyecto aprobado esta mañana por la junta de gobierno de Cort se ejecutarán las obras para la renovación de la red de recogida de los lixiviados generados por el vertedero clausurado, además de la mejora de la depuradora existente y la construcción de una nueva que utilizará el sistema de osmosis, un sistema más efectivo en la eliminación de elementos contaminantes en los lixiviados, además de incrementar la capacidad de depuración actual.
Si bien no hay fecha aún para el inicio de las obras, Perpinyà ha asegurado que se iniciarán «en breve» y ha insistido en que el de Son Reus "es uno de los vertederos mejor mantenidos del Estado·".
