Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pensar, compartir... | Blanquear siempre está de moda

Blanquear, en política, siempre está de moda. Las medias verdades, las mentiras completas y la publicidad al servicio de quien tiene el poder son las habituales triquiñuelas de blanqueo. A veces también se hacen cambios de normativa e incluso leyes para disimular otras anteriores, pero sin llegar al fondo de la cuestión. En nuestra vida cotidiana también aparentamos y disimulamos, pero nos jugamos solo nuestra credibilidad o nuestro dinero y no la confianza en las instituciones.

En los casi dos años que nos quedan antes de las próximas elecciones municipales vamos a ver muchas operaciones de blanqueo de la gestión, que en el caso de Palma, por desgracia, es bastante decepcionante.

Hay un método blanqueador que, sin ser lo mismo, roza el lavado de cerebro, especialmente cuando tienen una televisión pública a su servicio. En ese caso aconsejo ignorarla, no ponerla; por eso TV3 y alguna otra han pasado de ser mis teles de referencia a ni saber en qué número de canal están.

Un truco muy socorrido es anunciar lo mismo un montón de veces previamente a la ejecución, durante y después de la misma. Ahí el efecto es devastador para quienes tienen el valor de cuestionar algo. Ganan por goleada los poderosos con sus asesores y sistemas de comunicación propios y ajenos y ya no digamos con sus redes sociales. Te acerques a la que te acerques, yo a veces me asomo a la oficial de Cort, quedas cegada por el blanco nuclear que emiten. Ya no digamos la de algún regidor en concreto, que nunca aprovechan su potencial para educar, informar, advertir o anunciar cosas útiles, porque están siempre dedicados a jactarse de lo que creen sus logros… pura espuma, blanca y radiante.

Un truco muy socorrido es anunciar lo mismo un montón de veces previamente a la ejecución, durante y después de la misma

decoration

Así que preparémonos para saber distinguir y rechazar de aquí a las próximas elecciones toda la parafernalia de escobillas de encalar, chorros a presión y reflectores luminosos, porque, si no, resultará que alardearán de buena gestión hasta por quitar la porquería que no se debería haber dejado acumular en el entorno del ascensor de la plaza Major -sí ese que casi nunca funciona y deja aislada a la gente que más lo necesita por su dificultad de movilidad-. Eso si algún día se quita. O se pondrán medallas por adecentar la Costa del Principal, si algún día se adecenta. Ahora están por gastarse una pasta, 240.800 euros, en un trozo de la calle Costa i Llobera pegada a El Corte Inglés. Que necesita hacerse algo, sin duda. Que cueste tanto dinero, sorprende. A ver cuántos anuncios, fotos y propaganda genera ese gasto, otro más, junto a los grandes almacenes.

Enjalbegar es blanquear una pared con cal, yeso o tierra blanca. Y el ejemplo que pone la RAE en su definición viene al pelo: «La historia había sido borrada y desdibujada hasta quedar reducida a una pared enjalbegada». Otro día hablaremos de la plaza de España y de los anuncios deslumbrantes al respecto que se harán, y darán para mucho.

Compartir el artículo

stats