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Emaya comprará agua desalada hasta diciembre ante la escasez de lluvias

Durante el mes de julio ha adquirido el equivalente al 10% del consumo de Palma - La previsión podría cambiar si se produjeran precipitaciones abundantes - Los embalses Gorg Blau y Cúber están al 31% de su capacidad

Imagen de archivo del Gorg Blau, que ahora está al 28% de su capacidad. Joan Mora

Emaya ya ha comprado agua desalada para afrontar el consuno durante este verano y tiene previsto seguir adquiriéndola hasta diciembre, debido a la falta de lluvias en este año, confirmó ayer la empresa municipal.

El pasado mes de julio, Emaya ya compró a la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua) un total de 310.962 m3 de agua desalada, cantidad que equivale a un 10% del consumo de Palma, según indicaron ayer fuentes de la empresa pública.

También en este agosto se ha comprado agua desalada, pero estos datos aún no están disponibles. La previsión de Emaya es seguir comprando agua desalada hasta diciembre, debido al medio año tan seco que se ha vivido. «Evidentemente, si hubiera lluvias importantes durante el otoño se podría cambiar la previsión», que siempre se calcula teniendo en cuenta el «peor escenario», explicaron ayer desde la empresa municipal de aguas.

Emaya paga anualmente un canon fijo a Abaqua de 3,2 millones de euros, con el que garantiza recibir suministro mínimo de agua desalada, independientemente de que la compre o no. Pero esta aportación «permite hacer una gestión más sostenible de los acuíferos», indicaron ayer desde Emaya.

De momento, la situación en la unidad de demanda de Palma es de «normalidad», según la conselleria de Medio Ambiente, aunque el índice de sequía de los embalses ya se sitúa en prealerta. Los últimos datos publicados indican que Cúber y el Gorg Blau están al 31,22% de su capacidad.

Los embalses, gestionados por Emaya, aportan un 20% del agua que abastece a Palma. Cerca de un 17% lo aportan las fuentes, y cerca de un 47% los pozos. Las aportaciones externas, como la de Abaqua, son un 6,6% del total, y un 8% proviene de las plantas potabilizadoras.

El verano pasado, debido a las reservas y al menor consumo por la pandemia, no fue necesario adquirir agua.

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La situación de este verano es muy distinta a la del anterior. El pasado año no se compró agua desalada hasta el tercer trimestre, un 1,6 hectómetros cúbicos, ya que las lluvias abundantes durante el mes de abril hicieron que los embalses se llenasen hasta el 99% de su capacidad y también hicieron brotar las fuentes, por lo que fue posible afrontar la temporada alta sin comprar agua. Además, hay que tener en cuenta que el consumo fue mucho menor debido a la pandemia por covid y a la escasa actividad turística.

Como ya ha remarcado Emaya en otras ocasiones, la pandemia estabilizó el consumo de agua en 2020 y se evitaron los incrementos de cada inicio de temporada alta.

En 2019, Emaya sí compró agua desalada para afrontar el verano, un total de 1,4 hectómetros cúbicos, debido a que los embalses estaban al 47,90% de su capacidad.

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