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Las obras de Nuredduna comienzan ante el escepticismo de los vecinos

Los residentes se quejan de la falta de información

Los vehículos ya no circulan por este tramo de Nuredduna, después del cierre de la salida del túnel y del acceso desde las Avenidas, cortado desde ayer. | B. ARZAYUS

El Ayuntamiento cerró ayer de madrugada el túnel de Nuredduna y el acceso de los vehículos desde Avenidas a esta calle, como paso previo a las obras de peatonalización, proyecto que estará acabado en ocho meses y que se ha iniciado ante el escepticismo de los vecinos e incluso el rechazo de algunos de los principales afectados. La propia regidora de Infraestructuras, Angélica Pastor, reconocía que el comienzo de obras se había «precipitado» al considerar que ahora era un buen momento para llevar a cabo los cambios circulatorios que implica este nuevo eje verde.

La peatonalización , que tendrá un coste de 1,8 millones de euros, se irá ejecutando por manzanas, en un plazo de dos meses por cada una de ellas, y comenzará por el sellado de la salida del túnel, la parte más difícil del proyecto, según Pastor, y la transformación del tramo entre avenidas y la calle Frederic Mistral, que ya ha cambiado de sentido para posibilitar el acceso a Nuredduna desde la calle Aragó.

Mateu Balaguer, en su tienda. | B. ARZAYUS

«Era importante iniciar estas obras antes de que comenzara el curso escolar para que la ciudadanía se fuera informando y adaptándose a los cambios de movilidad que implica», comentó la regidora durante una rueda de prensa junto al ya cerrado acceso a Nuredduna. En los próximos días comenzarán las catas, después de haber acotado la zona en la que se actuará.

Catalina Ribot, en Nuredduna. | B. ARZAYUS

Mientras los obreros delimitaban ese espacio en el que se intervendrá en primer lugar, los vecinos contemplaban el tramo de calle carente de tráfico. Uno de los afectados por las obras es Mateu Balaguer, propietario de Univers del Còmic y residente en Pere Garau desde hace unos 30 años. «No estoy muy de acuerdo con el proyecto. El barrio necesita otras muchas cosas antes que un eje cívico, que no dará un beneficio real al barrio, porque son 800 metros. Si fuera como Blanquerna, que tiene un kilómetro y medio, pues te diría que sí, porque la gente puede pasear y pasar la tarde... pero ¿en 800 metros? No es una solución, lo único que hacen es quitar aparcamiento, desviar las salidas y entradas al barrio». Balaguer también recordó que Pere Garau es el barrio más poblado de Palma «y con el centro de salud más saturado». «Necesitamos un centro de salud mucho más grande, un casal de barrio, una biblioteca pública que no tenemos, necesitamos otras cosas antes que un eje cívico», insistió.

Bernat Dolç, en el tramo cortado. | B. ARZAYUS

Balaguer también mencionó los perjuicios que las obras tendrán en su negocio, «con la calle cerrada en plena campaña de Navidad, que es cuando hacemos la caja de casi medio año». Su desacuerdo con el proyecto de Cort se agrava por el uso que ha hecho de la imagen de su negocio en las campañas de promoción del proyecto. «Somos un referente para ellos, pero no nos han consultado nada», se quejó.

Tampoco había recibido explicaciones del Ayuntamiento Catalina Ribot, vecina de la zona. «Vivimos un poco más arriba, creo que han cambiado de dirección esta calle [Frederic Mistral] y supongo que lo harán con otras, porque me imagino que la gente residente podrá pasar por aquí, porque si hay alguna persona que necesite llegar en coche a su casa, también hay garajes y aparcamientos... Dicen que nos van a mandar información, pero todavía no nos han dado nada, únicamente sé lo que he leído», comentaba esta mujer. «Bonito quedará, pero ya veremos», manifestó Ribot, quien aún se acuerda de las protestas que hubo por la peatonalización de Oms y Blanquerna. «Y ahora parece que están contentos», añadió.

Dos operarios aguantan la gran pancarta que anuncia la peatonalización de la calle. | B. ARZAYUS

«Yo hubiera dejado un carril central para autobuses y coches», opinaba otro vecino, en plena charla con un conocido. Su interlocutor consideraba que Cort «primero tendría que haber hecho aparcamientos, porque ¿dónde metes 70 coches?». Su vecino le contestó que él mismo había contado hasta 110 vehículos aparcados en Nuredduna.

«Podremos opinar dentro de dos o tres años. A unos les irá muy bien y a otros muy mal. Yo creo que los comercios ganarán, porque la gente podrá pasear, pero también habrá quien esté en contra...», se pronunció Bernat Dolç, otro vecino.

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