Los vecinos de los edificios desalojados en s’Escorxador por riesgo de derrumbe tardarán en poder volver a sus viviendas, según ha confirmado este jueves el servicio de Edificación del Ayuntamiento de Palma. La estructura de ambos inmuebles, unidos por la planta baja, tiene grietas en elementos principales y hay que realizar un estudio técnico para comprobar cuál es su estabilidad. Como medida cautelar, el Ayuntamiento ha ordenado apuntalarlos y ha prohibido cualquier uso en ellos.

Hasta que no se disponga de ese estudio no se decidirá si los vecinos pueden regresar a sus pisos, plazo que puede demorarse varias semanas, ha advertido Miquel Amengual, jefe del servicio de Edificación del Ayuntamiento de Palma, quien ha advertido de que se debe seguir un protocolo y el plazo no será corto.

Amengual también ha comentado que la estructura de los edificios desalojados por riesgo de derrumbe tiene daños que se remontan a años atrás, anteriores a una inspección técnica «incompleta e inexacta» que se hizo en 2016.

Tanto el director general de Vivienda, Josep Maria Rigo, como Miquel Amengual, han remarcado que la estructura de los edificios, uno en la calle Andreu Feliu y el otro en Francesc Molina, tienen «anomalías graves» en la estructura de hormigón y que están afectados varios pilares de la planta baja.

Según Amengual, es «imposible» saber si otros edificios de la zona tienen el mismo problema en su estructura. «No podemos generalizar esta cuestión», ha añadido.