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Pensar, compartir... | Números publicitarios contra las pintadas vandálicas

Imagen de Palma que avergüenza. A. FERMOSELLE

Hace unas semanas una turista de habla inglesa que paseaba por el centro histórico de Palma soltó en voz alta una frase que suscribimos: «Tener las calles así debería darles vergüenza». Señalaba en ese momento las vergonzosas pintadas vandálicas de la calle Can Cavalleria a la que había llegado después de subir por las cuestas escalonadas de Gavarrera y de l’Ermità. Una amiga mía, que se ha especializado en la dolorosa tarea de fotografiar esos excrementos de pintura, la oyó, y no era la primera vez que le pasaba algo parecido.

La ciudad sigue casi igual o peor que hace dos años, porque el mayor número de pintadas vandálicas se hace sobre las fachadas de particulares y, la mayoría de estos, ni pueden ni están dispuestos a asumir una vez tras otra las reparaciones de los desperfectos que provocan los desaprensivos que van por la calle.

Si la responsabilidad de la vigilancia y la prevención de las fechorías en el espacio público de Palma es de los responsables municipales, así como una parte de la responsabilidad de la educación, y toda la de la persecución de faltas y delitos también recae sobre la Administración, las iniciativas para actuar sobre el grueso de las pintadas en fachadas privadas deberían haberse multiplicado hace tiempo. Y no es así porque se ve a simple vista.

Por eso, cuando leemos que Infraestructuras y Emaya eliminan casi 5.000 pintadas vandálicas al año no podemos evitar preguntarnos: ¿De dónde? y ¿Cómo cuentan?... Porque pasear por cualquier callejón o, por ejemplo, por la antigua Cuesta de la Inquisición, es encontrar el mismo espectáculo dantesco desde hace años y solo consigue que pongamos en duda la voluntad de solución real. Sepan además que las fachadas de la citada cuesta son todas de la Administración. Por lo tanto aquí no hay excusa, si quieren pueden eliminarlas. ¿Hay que constatar que no quieren? Las de la derecha, según se sube, ses Casetes de sa Costa des Teatre, son del ajuntament de Palma y hay un acuerdo de pleno propiciado por ARCA para ser rehabilitadas. La de la izquierda es del Consell Insular como propietario que es del Teatro Principal. Pero la dirección ha mirado hacia otro lado, cuando ha sido requerida para eliminar la imagen penosa de un entorno privilegiado. Por su parte, Cort se podría gastar algunos euros en adecentar temporalmente la imagen exterior de sus singulares casetas, originalmente de madera y tejado de zinc, mientras se espera un proyecto completo… pero es más cómodo no actuar y periódicamente alardear de miles de pintadas eliminadas en bancos, farolas y algunas paredes.

Pese a lo dicho y con más de dos años de retraso, algo se ha movido en positivo aunque con algunas sombras. El primer paso importante es que creo que quien nos gobierna ya ha abandonado esas disquisiciones equivocadas sobre si son arte o no son arte los garabatos en «dondemedalagana». Parece que ya tienen claro que el vandalismo es vandalismo. Otro hecho valioso es que se ha adjudicado, repito, tras años de espera, a Refoart la limpieza y mejora de gran parte del patrimonio de la ciudad. Eso es esperanzador. Lástima que no fueran ellos los que actuaron sobre un Pont des Tren que ha pasado de estar maltratado por las pintadas a estar despreciado por una cobertura de pintura indiscriminada sobre hormigón, marés y lo que se ponía a mano.

Y ya lo he dicho otras veces y espero poder mantenerlo siempre: está demostrada la voluntad y el esfuerzo de Perpinyà, en este tema, al frente de Emaya. En el espacio público ha eliminado pintadas y vuelto a eliminar en el mismo lugar con constancia y eficacia. Ahora reconoce que no ha dado resultado la oferta de limpiarlas en fachadas particulares y ha rebajado el precio; está muy bien, pero falta más, mucho más. No se puede actuar solo hasta donde se llega desde el suelo y dejar el resto igual; además hay que volver a limpiar gratis la pared del particular que ha pagado, aunque sea un precio simbólico, cuando vuelva a ser ensuciada. Perpinyà sabe, porque ya le advertimos y lo ha podido comprobar, que los vándalos insisten ensuciando el mismo lugar dos y tres veces hasta que desisten.

También hay que buscar ayudas y soluciones rápidas para quienes tienen paredes de valor patrimonial y ahora no pueden acogerse a ninguna.

Respecto a la parece que inexistente vigilancia, prevención y persecución, solo diré que me encantaría leer en estas páginas las mismas noticias de gente pillada infraganti y multada que a veces nos llegan de otras comunidades. Hay que hacer algo más porque la sensación de impunidad alimenta y alienta el vandalismo que raya la delincuencia.

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