El Govern balear y el ayuntamiento de Palma han necesitado nada mas y nada menos que dos décadas para conseguir un amaño de integración tarifaria entre los dos sistemas públicos de transporte existentes en la isla: el dependiente del Govern, gestionado a través de Transports de les Illes Balears (TIB), que incluye el metro a la UIB, las líneas de bus interurbanas y el tren, y las líneas urbanas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). En los primeros años del presente siglo la EMT inició un proceso de modernización de la flota con la inclusión como medio de pago de la denominada tarjeta ciudadana, que nunca se hizo compatible con los distintos sistemas implantados posteriormente por los gestores del Govern. A partir de 2007 se inició un tímido proceso de acercamiento de sistemas tarifarios, que fue abortado durante el mandato de 2011 a 2015 pese al mismo color político conservador del Govern de José Ramón Bauzá y del Ayuntamiento de Mateo Isern. En 2015 se retomaron los trabajos para la integración, con un primer logro en 2018 cuando se posibilitó viajar en el metro de la UIB con la tarjeta ciudadana de Palma. Ahora se da un paso más, posibilitando que con la tarjeta TIB se pueda viajar en todas las líneas de la EMT. No obstante, al revés no será posible ya que desde el Ayuntamiento aducen que la tarjeta ciudadana se utiliza para otros servicios municipales. Ya hay quien augura que, con esta decisión, se da una estocada mortal al título de transporte palmesano.
Primer día de huelga de los distribuidores en Unió y la plaza del Mercat
Los distribuidores realizarán hoy el primer día de huelga en la calle Unió y la plaza del Mercat de los previstos. Reclaman vigilancia del carga y descarga situado junto al kiosko Alaska, ocupado habitualmente por otros vehículos, y poder acceder con sus camiones en un horario establecido a la plaza.
