La superficie que se puede ocupar con mesas y sillas en las plazas de Sa Quartera y del Mercadal, así como en el calle del Pes del Formatge, se verá reducida cuando entre en vigor el decreto firmado hoy por el teniente de alcalde de Participación Ciudadana y Gobierno Interior, Alberto Jarabo.

De esta forma, en aplicación de los denominados planes zonales previstos en la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública la superficie que podrán ocupar los bares y restaurantes existentes en estas dos plazas y la calle de Sa Gerrería pasará de los 59,30 metros actuales a 45 metros, lo que supone una reducción del 7,75% al 5,88% del total de la superficie que ahora está permitida.

En estos tres casos concretos, también se establece que los nuevos bares y restaurantes que se puedan abrir en en un futuro en estas zonas "deberán compartir" el espacio actual.

Con esta medida se pretende acallar los temores de los vecinos de la calle Pes del Formatge, recientemente peatonalizada, que se opusieron a la medida porque consideraban que se convertiría en una "puerta abierta" a una mayor ocupación del espacio público. Además, los locales deberán ocupar la superficie situada delante de su fachada, impidiendo de esta manera la existencia de terrazas separadas del local por una calle.

En el caso de locales contiguos se deberán repartir el espacio disponible deberá ser compartido entre los dos establecimientos.

El teniente de alcalde Alberto Jarabo ha justificado que se aplique esta figura de plan zonal por primera vez en estas tres zonas de sa Gerreria, puesto que los locales existentes han acumulado un gran número de quejas vecinales y sanciones por parte de la Policía Local. Además están incluidas en una zona declarada desde 2013 como de especial protección, en la que, entre otras cosas las terrazas se deben recoger a las 23,00 horas, algo que es incumplido de forma reiterada.

Gobierno Interior tiene sobre la mesa proceder a la aprobación de planes zonales en otras zonas conflictivas de la ciudad como pueden ser las plazas de sa Llonja o Drassanes e incluso en la calle Fábrica, zonas en las que pese a que disponen ya de una regulación específica, se está incumpliendo de forma reiterada. No obstante, en los dos primeros casos se acepta que el problema del ruido en estos momentos se genera más por la presencia de personas que practican el botellón en sus inmediaciones que por el exceso de ocupación.