Si bien el dispositivo policial para hacer cumplir el decreto del alcalde, José Hila, por el que este año también se cerraban las playas y demás zonas de baño del término municipal de Palma entre las siete de la tarde de la Revetla de Sant Joan y las seis de la mañana de ayer, incluía este año dos dotaciones de bomberos, con el fin de que intervinieran para las hogueras, estos no tuvieron que apagar a lo largo de la noche ningún fuego. 

La tranquilidad vivida en los arenales se tradujo también en el hecho de que Emaya, de madrugada y a primeras horas de la mañana, pudo limpiarlos utilizando los servicios ordinarios. En cambio, sí que tuvieron que intervenir, como en las últimas semanas en los botellones de 16 de junio, sa Feixina y en la plaza Drassana.