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Paseo burbuja de los cruceristas por Palma

Algunos establecimientos del centro notaron la presencia de los cruceristas

Vuelven los cruceristas a Palma

«Todo ha ido muy bien, muy correcto, muy controlado, todos guardando las distancias y menos mal que han venido». Silvia Pons, dependienta de la cafetería y forn Ca na Cati, de la plaza de Cort, se manifestaba así de contenta tras haber atendido a algunos de los cruceristas que desembarcaron del Mein Schiff 2. «Ya era hora, lo necesitábamos», añadió esta joven.

No todos los comercios lo vivieron igual. Los cruceristas tenían prohibido entrar en tiendas, por medidas de seguridad, tal como explicó ayer la compañía TUI. Y por la zona de la Catedral, paso obligado para los turistas, las cafeterías y heladerías aseguraban que no habían apreciado la llegada de los pasajeros del primer crucero.

Marga Alcover, de Gelats Sóller, en Cort. Manu Mielniezuk

«Ha habido trabajo, pero no del crucero, eran todo españoles», comentaba Ildefonso Carmona, del bar Cas Caparrut, en la calle Palau Reial. Antes de la pandemia, «se notaban, llegaba uno los martes y por la noche se trabajaba mucho», comentó este camarero.

Tampoco se vio beneficiado el negocio en el que trabaja Rafael Salvà, junto a la Seu. «Esta mañana estaban por abajo, en plan burbuja, con los guías que los llevaban, uno delante y otro detrás, pero aquí no han subido y mira qué hora es», comentaba tras el mostrador de la heladería instalada en Antigüedades Linares, junto a la Catedral, donde una cola de gente esperaba para entrar. Él, como encargado del negocio y con dos trabajadores en ERTE, espera la llegada de cruceristas. «Los cruceros buenos son los americanos, Costa y MC. Ahora estamos a la espera, a ver qué pasará», añadió.

Rafael Salvà. M. Mielniezuk

«Creo que hay más gente pero porque está medio nublado», opinaba Sergio Ibarra, uno de los vendedores del mercado de la plaza Major.

Ildefonso Carmona. M. Mielniezuk

Volviendo a la plaza de Cort, en el establecimiento de Gelats Sóller sí tuvieron ayer mucho más trabajo, «el doble», que el día anterior. «Ha sido algo puntual, cuando pasaban por aquí», explicó su dependienta, Marga Alcover. «A nosotros, los cruceros nos iban genial y la verdad es que deseábamos que volvieran», declaró.

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