La Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya) ha limpiado a lo largo del año pasado 23.000 imbornales de los casi 30.000 existentes en la ciudad con el fin de evitar, entre otras cuestiones, inundaciones debido a la acumulación de agua cuando llueve.
La limpieza de estos sumideros que recogen el agua de lluvia es una encomienda realizada por el Ayuntamiento a Emaya, dentro del plan de mantenimiento de la red de agua pluvial. En la actualidad, esta empresa municipal realiza este trabajo tanto con personal propio con dos brigadas formadas por dos operarios, como por una empresa externa (Penuyal Xapat, SL), que destina a este cometido también dos brigadas, una de tres y otra de dos operarios durante todo el año.
El nuevo sistema de trabajo implantado para la limpieza de los imbornales implica, según se explica desde Emaya, que a la vez que se realiza la limpieza del imbornal se procede a la toma de datos del sumidero.
De esta forma, se toman fotografías de antes y después de la limpieza, sus dimensiones y su estado de mantenimiento, entre otros parámetros.
Con todos estos datos se ha cartografiado todo el término municipal en pequeños planos que utilizan los operarios con el fin de que no se quede ninguno de los sumideros existentes sin ser revisado. También se ha elaborado una ficha individual de cada imbornal que le identifica en sus aspectos más relevantes y en la que quedan anotadas las anomalías que puedan presentar.
De esta forma, cuando se produce un problema permite que se actúe de forma más rápida y que quede resuelto de forma eficaz y coordinada.
A lo largo del año pasado, además, se aplicó un nuevo plan de trabajo pasando de limpiar cada uno de los sumideros de forma rotativa sistemática, a un sistema de limpieza específico, en el que se han categorizado los imbornales según el grado de suciedad acumulada.
Esta distribución se basa en los datos recogidos en años anteriores. Con toda esta información se han establecido distintos tipos de actuaciones. Los imbornales que acumulan más suciedad se someten a dos limpiezas anuales. Los que presentan un grado de suciedad intermedio se someten a una limpieza rotatoria anual. Al resto de elementos que no precisan una exigencia tan elevada se procede a limpiarlos cada dos años.
Según la empresa municipal este sistema de trabajo implantado el año pasado propicia que se realicen limpiezas más efectivas, ya que se actúa con una mayor frecuencia en los imbornales que acumulan más suciedad ya sea por su situación y entorno.
Un grado de cumplimiento del 98,66%
El grado de cumplimiento del nuevo plan de trabajo que se aplica desde el año pasado para la limpieza de imbornales fue del 98,66%, según la empresa. El nuevo sistema permite, con el mismo número de intervenciones, optimizar la eficacia ya que se actúa más sobre los imbornales más sucios, lo que permite, además, que todos los sumideros, sea cual sea su clasificación, sean limpiados al menos una vez cada dos años.