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Las mujeres de Palma reclaman una ciudad «cuidadora»

Un estudio sobre urbanismo visto desde el feminismo señala el abandono de espacios, la suciedad y la poca iluminación como problemas

Así fue la jornada "La ciutat amb ulls de dona: cartografies emocionals de Palma", en el Casal Can Balaguer

Así fue la jornada "La ciutat amb ulls de dona: cartografies emocionals de Palma", en el Casal Can Balaguer M. Salas

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Así fue la jornada "La ciutat amb ulls de dona: cartografies emocionals de Palma", en el Casal Can Balaguer Montse Terrasa

Una ciudad más segura, más limpia, con zonas verdes, con bancos, más cuidada y que sea «cuidadora» de quienes viven en ella. Es lo que reclama el urbanismo feminista y el proyecto llevado a cabo por Arquitectives, con subvención del Consell de Mallorca y que lleva por título La ciutat amb ulls de dona: cartografies emocionals de Palma.

Cristina Llorente, de Arquitectives, explicó ayer que este estudio ha corroborado la importancia de este tipo de análisis, ya que las ciudades se han diseñado pensando en un perfil muy concreto, «el de hombre, de mediana edad, en plenas condiciones físicas y psíquicas, con coche propio... Dejando de lado a mujeres, niños y personas mayores».

La inseguridad y la sensación de miedo, causadas no solo por delitos tipificados, sino por la falta de iluminación, de limpieza, de la presencia de otras mujeres en el espacio público o por el simple abandono de un lugar son los problemas detectados, entre otros muchos, por este informe.

Dos mujeres circulan en bicicleta por Palma de Noche.

El estudio se realizó durante los meses de marzo, abril y mayo con tres grupos de mujeres de colectivos vulnerables, analizando sus barrios: el centro de Palma, Cala Major y La Soledat. Con ellas se recorrió cada uno de estos lugares y se llegó a las conclusiones presentadas ayer.

«Hay demandas a nivel social, de reforzar el tejido vecinal de los barrios para ir hacia las ciudades cuidadoras», resumió ayer Llorente.

Ella, junto a Maria Martí, también de Arquitectives, Ysidora Guerrero y Claudia Braña, del grupo de trabajo de Cala Major, y Maria Gómez e Isabel Nadal, del Observatori Social de les Illes Balears-UIB, presentaron este trabajo en el Casal Can Balaguer, ayer por la tarde.

Presentación del estudio de Arquitectives, ayer, en el Casal Balaguer. | MARGA SALAS montse terrasa. palma

Los tres barrios analizados con ojos de mujer comparten problemas urbanísticos, como los de accesibilidad, que en el caso de Cala Major forman parte de su morfología, destacó Cristina Llorente. «Encuentras escaleras en cualquier trayecto» y «es más fácil ir a comprar al centro que llegar al supermercado» son algunas de las percepciones de quienes viven allí. Este barrio, además, carece de mantenimiento y de servicios. Contenedores de basura alejados, suciedad acumulada, farolas que no se encienden o iluminan poco, semáforos que no se respetan, falta de espacios para reunirse, pasos entre edificios cerrados... Son factores que contribuyen a una sensación de inseguridad, según recoge este estudio.

En el centro histórico se repiten algunas de estas quejas. En la plaza España, las mujeres se sienten observadas y los grupos de gente sentada les inspiran desconfianza; además, comentan que siempre está sucio, huele a palomas y orina. En la plaza Major, la solicitud de las galerías comerciales echa para atrás a mujeres que no se atreven a entrar en este espacio. De la Porta de Sant Antoni, consideran que es un punto de enfrentamientos constantes y donde las diferentes realidades entran en conflicto. También sienten que «las mujeres son tratadas como mercancía».

En las callejuelas del centro, el miedo también está presente. «No sabes qué se esconde detrás de las esquinas» y «Los candados y cadenas dan mal rollo» o «Nunca paso por aquí por la noche» son algunas de las apreciaciones de las mujeres.

En La Soledat, pese a que existe una asociación vecinal muy fuerte, las mujeres aprecian que es un barrio muy estigmatizado, en el que se han dejado abandonados edificios que incrementan la sensación de miedo.

Las propuestas

Las mujeres reclaman una ciudad «cuidadora»

Centro: Más zonas verdes y más vigilancia

  • En la plaza España, el grupo de trabajo reclama un mejor mantenimiento del mobiliario público e incrementar las sanciones por mal uso; reforzar la limpieza, colocar nuevos bancos y papeleras, rediseñar las zonas ajardinadas, instalar baños públicos y adecentar el quiosco.
  • En la plaza Major, se pide colocar elementos de sombra y bancos, además de dar uso a las galerías.
  • Reforzar la vigilancia con cámaras de seguridad, incrementar la iluminación y habilitar solares vacíos como espacios públicos son otras de las peticiones.

Las mujeres reclaman una ciudad «cuidadora»

Cala Major: Mejorar la accesibilidad y los servicios

  • El estudio de Arquitectives propone programar un mercado semanal de producto fresco y local; incrementar el servicio de la EMT, instalar fuentes de agua potable y rampas para carros de compra y de bebé en tramos de calles con escaleras y habilitar servidumbres de paso entre bloques. 
  • En Joan de Saridakis se pide limitar la velocidad y colocar señales de peligro antes de las paradas de bus.
  • Se plantea ampliar horario de la Fundació Pilar i Joan Miró los domingos por la tarde y encender las farolas del aparcamiento por la noche, además de colocar cámaras.

Las mujeres reclaman una ciudad «cuidadora»

La Soledat: Reconvertir calles y mejorar la estética del barrio

  • Las mujeres plantean convertir las calles en viales de plataforma única, con circulación restringida a residentes y carga y descarga, además de impedir que los coches aparquen en la calle, a cambio de crear aparcamientos en el perímetro del barrio.
  • Soterrar el cableado eléctrico, ayudar a acabar las fachadas y proteger edificios con valor histórico, así como activar Can Ribes, son otras propuestas.
  • Organizar actividades que fomenten la inclusión dentro del mismo barrio y la conexión con otras zonas de Palma.

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