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Antònia Barceló primera comisaria de la Policía Local de Palma y de Balears
Antònia Barceló Primera comisaria de la Policía Local de Palma y de Balears

«Mi estilo de mando es participativo, no el de la imposición»

Se hizo policía por casualidad en 1985. Ha ejercido los cargos de oficial, subinspectora, mayor y ahora comisaria, la primera del cuerpo palmesano y de Balears. Es licenciada en Derecho y Psicología y cuenta con varios estudios de posgrado

Antònia Barceló: "He conseguido un reto que me había propuesto"

Antònia Barceló: "He conseguido un reto que me había propuesto" M. A. Ponce

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Antònia Barceló: "He conseguido un reto que me había propuesto" Josep Capó

¿Qué valoración hace de su ascenso a comisaria de la Policía Local?

Para mí no tiene un valor especial ser la primera mujer comisaria, sino que lo que realmente valoro es haber conseguido un reto que me había propuesto y poder aportar mi experiencia y mi formación a este colectivo trabajando con seriedad y con humildad y que en definitiva repercuta en el servicio que estamos ofreciendo al ciudadano. Además quiero poner de manifiesto que más que una valoración positiva por haber ascendido se tendría que agradecer de algún modo o valorar el camino que han recorrido otras mujeres que han entrado antes que las que actualmente estamos en el colectivo y que lo tuvieron mucho más difícil que nosotras. Se tiene que valorar que ellas abrieran camino para que nosotras lo tuviéramos un poco más fácil. Y si mi ascenso sirve para que las mujeres más jóvenes que han entrado en el colectivo puedan lograr también sus objetivos, para mí será una satisfacción.

¿Habría ocupado el cargo antes si no fuera mujer?

Nunca se sabe. Lo cierto es que me presenté a este puesto en una convocatoria anterior y la persona propuesta fue otra.

La comisaria Barceló posa con la mascarilla, obligatoria en las dependencias de Sant Ferran. Miguel Ángel Ponce

Lo digo porque se comenta que hace unos años cuando se presentó a esta convocatoria le dijeron algo así como «ahora no toca».

Puede que se comente, pero yo tengo por costumbre no mirar hacia atrás, sino que miro hacia el futuro y considero las experiencias pasadas como un aprendizaje, sean buenas o malas. No me gusta remover cosas del pasado porque no conduce a nada.

¿Hay machismo en la Policía Local?

En las policías locales y en la de Palma en particular hay el mismo machismo que hay en la sociedad en general. El colectivo de la Policía Local es un reflejo de la sociedad. Es un colectivo plural en el que se refleja la sociedad de cada momento.

Pero tienen una característica específica ya que es un cuerpo muy masculinizado…

No hablaría de machismo. Me gusta más utilizar la expresión de estereotipo de género. Durante muchos años el género ha estado asociado, y aún es así, a una serie de estereotipos que no se superan de la noche a la mañana. Obviamente en la Policía Local sigue existiendo este fenómeno.

¿A qué se refiere cuando habla de estereotipos de género?

A la percepción que tiene la sociedad sobre el papel que debe jugar la mujer en la familia, en las instituciones, en el sistema educativo… En todos los ámbitos de la sociedad.

¿Cuántas mujeres policía había cuando en 1985 entró en el cuerpo?

Habían entrado las primeras mujeres que fueron las pioneras, creo que eran nueve y alguna más, porque en pocos años hubo bastantes promociones y siempre había alguna mujer. Por ejemplo en mi promoción había una, por lo que debíamos ser unas doce en total.

¿Se ha sentido discriminada en el trabajo?

No utilizaría la palabra discriminación. Diría que yo y cualquier mujer hemos tenido que superar barreras propias de los estereotipos que le comentaba.

¿Se siente tratada como una igual por sus compañeros?

En líneas generales sí. Hay expresiones y pequeñas conductas, que en los medios de comunicación se les denomina a veces como micromachismos que son difíciles de erradicar, aunque en líneas generales, me siento tratada como una igual, actualmente.

¿Antes no fue así?

En 1985, cuando yo entré en la Policía, y antes de forma más acusada aún, las cosas eran muy diferentes que ahora. Las situaciones no son en absoluto comparables, aunque como ya le he dicho se deben derribar algunos estereotipos, no es comparable la situación actual con la de los años ochenta. Teníamos una democracia incipiente y un sistema social que dejaba a las mujeres siempre en un segundo plano. Piense que hasta el año 1981, creo recordar y hablo de memoria, no se derogó el consentimiento marital para contratar. Las mujeres estaban sometidas para cualquier actividad económica al consentimiento de su marido y las solteras, hasta los 21 años, eran tratadas como menores de edad.

Está casada y tiene hijos. ¿Cómo puede conciliar el trabajo con la vida familiar?

En el plano teórico debería haber podido conciliar mi profesión con la familia de la misma forma que lo ha podido hacer cualquiera de mis compañeros que han ascendido como yo y que también tienen familia e hijos. Reconozco que yo lo he tenido fácil, porque en mi familia nos hemos guiado por un sistema de respeto mutuo y de asunción de trabajos comunes. Si lo anterior fuera lo habitual las mujeres lo tendríamos mucho más fácil para conciliar nuestra vida familiar y laboral.

¿Se considera una excepción en este aspecto o cree que es algo generalizado?

Las mujeres lo tenemos más difícil por una sencilla razón, porque la procreación recae sobre nosotras. Y esto es una evidencia innegable. Pero más allá del hecho biológico de procrear no debería haber diferencias en cuanto a posibilidades de conciliación.

También fue jefa de las policías locales de Sant Llorenç y de Llucmajor, municipios en los que policialmente no tenía a nadie por encima. ¿Cómo vivió esta época?

Las prefecturas de policía siempre son destinos complicados, por muchos motivos. Se trata de gestionar recursos públicos con seriedad y rigurosidad. Para mí fueron experiencias, tanto en un municipio como en el otro, en las que aprendí muchísimo. Estaba en la Policía Local de Palma, me surgió la ocasión y decidí aceptar el reto. Hubo momentos buenos y otros no tanto, pero de todos ellos he sacado conclusiones y una experiencia que no tendría si no hubiera ejercido estos cargos.

¿Notó diferencias en el trato de sus subordinados por ser mujer?

(Larga pausa) Es que no sé cómo hubieran sido estas etapas si fuera hombre, por lo que es difícil contestar a esta pregunta. Lo que sí puedo decir es que en casos puntuales he tenido la percepción de que… (pausa otra vez). No sé como decirlo. He tenido la percepción o la impresión de que determinados hechos no se hubieran producido o al menos no se hubieran producido de igual manera. Pero le digo que se trata de una percepción.

¿A qué se refiere?

A circunstancias del trato diario.

¿Ha tenido dificultades para imponer su criterio a sus subordinados como jefa?

Mi estilo de mando no es el de la imposición, sino que es participativo y siempre con humildad y honestidad tratar de hacer las cosas que beneficiaran más al colectivo y, en consecuencia, al ciudadano. Lo anterior no significa que las decisiones sean del gusto de todos. El trabajo de dirigir un cuerpo policial es complicado, porque nunca se toman decisiones que contenten a todos y a veces las cosas se pueden sacar de contexto.

¿Y esta forma de actuar le ha dado buenos resultados o en el caso de la Policía Local es más adecuada la imposición?

En absoluto considero que sea adecuada la imposición de directrices. En la Policía Local, y en la de Palma en especial por sus dimensiones, existe una cadena de mandos intermedios extraordinariamente cualificados. No se trata de que la persona que esté al frente de la comisaría o de la unidad tenga que imponer su criterio bajo ningún concepto. Existe una cadena de mando en la que cada uno tiene su responsabilidad tanto operativa como en la estructura orgánica y, obviamente, no tener en cuenta el criterio técnico de todo este personal sería temerario.

¿Por qué cree que hay tan pocas mujeres en los puestos de mando?

Es una buena pregunta. No lo sé, porque tener posibilidades de conciliar la vida familiar y laboral no significa que automáticamente se produzca un incremento de las mujeres que quieran acceder a los puestos de mando. Después se necesita un esfuerzo adicional que por una u otra circunstancia no se produce o se tiene la percepción de que no se tiene la oportunidad. En realidad desconozco la razón, aunque soy de la opinión de que todas las mujeres que quieran ascender no deben desistir por el hecho de tener previamente la percepción de que se encontrarán con más obstáculos que los estrictamente necesarios.

¿Cree que muchas mujeres con capacidad se autolimitan?

No lo sé. Lo cierto es que hasta el momento, en el caso de la Policía Local de Palma somos un 9% de mujeres, obviamente la promoción se produce en la misma proporción.

¿Qué puede aportar como mujer al trabajo policial?

Creo que hombres y mujeres somos diferentes y creo en la pluralidad. Creo en la aportación que pueden realizar los hombres al colectivo policial y en la de las mujeres desde una óptica diferente de hacer las cosas.

¿Entiende las críticas de la concejala Sonia Vivas a la situación que vivió tras denunciar el acoso de varios de sus compañeros que han sido condenados en firme?

Me comprenderá pero no conozco mucho a la señora Vivas porque cuando sucedieron estos hechos yo me encontraba en excedencia. En consecuencia no me atrevo a opinar sobre una cuestión tan delicada tanto por una parte como por la otra.

¿Como vivió los casos de corrupción en la Policía Local?

Se trata de una cuestión que aún está judicializada. Soy una ferviente defensora de la presunción de inocencia y considero que toda esta situación ha hecho mucho daño a la imagen del cuerpo. Debo decirle que desde mi posición no tengo la percepción de la existencia de una trama ni de que la corrupción fuese generalizada. Obviamente, me puedo equivocar pero confío en que todas estas cuestiones se resolverán y que podremos recuperar la buena imagen que históricamente había tenido la Policía Local de Palma.

El último episodio de la fiesta o la celebración no ayuda a este propósito.

Se trata de unos hechos que se deberán aclarar con la investigación interna que se está realizando y se deberán depurar responsabilidades, eventualmente. Es decir, si hay. Considero que como servidores públicos debemos tener una conducta intachable, cumplir escrupulosamente la ley y, además, actuar de acuerdo con los principios éticos y deontológicos que rige la profesión.

¿Cree que hacen falta más mujeres en los puestos de mando de la Policía?

Sí, porque todo lo que implique pluralidad es constructivo. Y creo que todos, hombres y mujeres, tenemos mucho que aportar a esta organización.

¿Se está ampliando la presencia de la mujer de forma rápida o hay alguna dificultad añadida en la Policía?

En determinados sectores como el de la judicatura la mujer ha prosperado muchísimo en cuanto a presencia en los últimos años. En los cuerpos policiales, y no solo en la Policía Local de Palma, se ha avanzado muchísimo en cuanto a normas de conciliación que, por cierto, no son exclusivas de las mujeres, pero queda mucho por hacer. Hasta que no se mejoren los porcentajes de presencia no se producirán incrementos importantes en los puestos de responsabilidad.

¿Cree que esta situación se debe también a la naturaleza del trabajo policial?

No sé contestarle. Es verdad que las condiciones laborales de la Policía no son las mismas que las que pueda tener otro funcionario por la turnicidad, la nocturnidad… Supongo que algo de lo anterior puede influir.

¿Cómo decidió hacerse policía?

Por casualidad. No soñé nunca de pequeña serlo. Tenía 18 años y acababa de hacer la selectividad y me estaba preparando para estudiar INEF. No sé aún cómo decidí presentarme a la oposición. Lo cierto es que aquí estoy. Supongo que mi buena preparación física influyó en la decisión de presentarme.

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