El ayuntamiento de Palma, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el Govern han acordado que el futuro barrio de Son Busquets acoja entre 831 y 900 viviendas de protección oficial (VPO) que se destinarán a alquiler y que mantenga algunas de las actuales construcciones. Además, el antiguo cuartel, situado en la carretera de Valldemossa, dispondrá de alojamientos dotacionales para personas mayores o jóvenes, así como un equipamiento docente y una escoleta, además de otros espacios socioculturales y sanitarios para dar respuesta a la demanda social.

La regidora de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, explicó los principales puntos del acuerdo a tres bandas al que se ha llegado para que Son Busquets sea un nuevo modelo de barrio y mantenga su titularidad pública. Así, está previsto destinar 83.000 metros cuadrados a vivienda protegida de alquiler; otros 20.000 metros cuadrados a alojamientos dotacionales; 55.000 metros cuadrados a usos terciarios; 21.500 metros cuadrados a equipamientos públicos y otros 25.000 a zona verde. 

Para su transformación en una superisla, el Ayuntamiento comenzará a tramitar un plan especial que quedará aprobado el próximo año, un paso necesario para su posterior edificación, que correrá a cargo del ministerio de Fomento, una vez que el de Defensa le ceda esta propiedad, según explicó ayer la concejala.

El futuro plan especial de esta zona protegerá parte del patrimonio arquitectónico ya existente

Las cerca de 900 VPO nuevas (el número dependerá de la superficie de cada piso) se destinarán a alquiler social, la mitad de ellas en régimen general, por lo que su precio será más bajo, y el resto con precio concertado, un poco más elevado, pero por debajo de los precios de mercado, apuntó Neus Truyol. Con esta fórmula, desde el Ayuntamiento se quiere «dar respuesta a diferentes clases sociales» y posibilitar la mezcla de gente, comentó la regidora.

El futuro barrio de Son Busquets contará con comercios, servicios administrativos y espacios de coworking. Como mínimo, la mitad de esos locales estarán en las plantas bajas o en primeros pisos de forma que den vida al barrio, incidió Truyol.

El nuevo plan especial de Son Busquets protegerá el patrimonio arquitectónico ya existente y exigirá que haya «gran densidad de arbolado» que aporte sombra y haga más habitable este barrio. También seguirá criterios de igualdad social y de sostenibilidad, así como de perspectiva de género.