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La pandemia provocó la «estabilización» del consumo de agua en Palma en 2020

A lo largo del año pasado no se produjeron los «picos y valles» en el consumo de líquido potable que producían en ejercicios anteriores como consecuencia del incremento de la población durante la temporada turística alta

El 54,42% del agua que se suministró a Palma en 2020 procedió de los embalses de la Serra. | DM

La pandemia provocada por la expansión de la covid-19 provocó a lo largo del año pasado «la estabilización» del consumo de agua potable en Palma.

La Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya) ha constatado que mientras en años anteriores se producían importantes incrementos en el consumo de líquido potable con el inicio de la temporada turística, hasta el punto de que en el mes de junio de 2019 el consumo fue un 14% superior al de marzo del mismo año, en 2020 se mantuvo prácticamente estable, con una subida mucho más ligera que la habitual entre mayo y octubre.

Asimismo, el consumo en el mes de junio del año pasado se situó aproximadamente al mismo nivel que el de la primera quincena de marzo, antes de la declaración del estado de alarma.

El año comenzó con un ligero incremento del consumo, prácticamente estable en enero y un poco más acentuado en el mes de febrero que desde la empresa municipal relacionan con las escasas lluvias registradas en los últimos meses de 2019 y en los primeros de 2020.

A partir del estado de alarma decretado a mediados de marzo comenzó un importante descenso del consumo de agua potable, que fue especialmente intenso en junio, debido a que el año anterior ya en esta misma época nos encontrábamos en plena temporada turística, mientras que en junio del año pasado apenas hubo actividad. Esta ausencia de actividad turística provocó que el descenso en el consumo de agua durante estos meses se situara entre el 12% y el 17%. Lo anterior provocó que, en el balance del año, las cifras de consumo de agua potable se situaran en 2020 por debajo de las alcanzadas en 2013.

Pese a lo anterior, según Emaya, «se trata de un descenso menos importante que tuvieron otros municipios turísticos. Ello fue así porque el incremento porcentual de presión humana entre los meses de verano y de invierno no es tan acusado como en otros municipios pequeños, ya que la población propia se mantiene estable y tiene, por se una ciudad más poblada, más peso».

Por lo que se refiere a la procedencia del agua utilizada para el abastecimiento a la población, el 25% procedió de los embalses, el 54,4% de los acuíferos y el 15% de las fuentes. Solo se adquirió a Abaqua el 4,75% del líquido frente al 14,3% del año precedente.

Un descenso del 8,83%

El consumo de agua potable a lo largo de 2020 fue de 33,13 hectómetros cúbicos frente a los 36,34 utilizados para el abastecimiento durante 2019, lo que supuso una disminución de 3.021.000 metros cúbicos, el 8,83%. Se trata de un porcentaje de bajada menos acusado que el registrado en otros municipios, circunstancia que Emaya atribuye a la mayor estabilización de la población. En 2019 los meses de mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre, el consumo superó los tres millones de metros cúbicos de líquido potable, mientras que a lo largo del año pasado esta cifra solo fue rebasada en julio y agosto, aunque con cantidades menores (entre el 17% y el 14%) que las alcanzadas en estos mismos meses del año precedente

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