El desalojo de familias del poblado de Son Banya, reiniciado en 2018, se ha visto acompañado por el descenso del consumo de electricidad. En 2018, la facturación correspondiente al consumo eléctrico del poblado fue de 247.961 euros, mientras que en 2019 bajó, siendo la factura de 200.659 euros y el año pasado se situó en 112.567 euros.

Tal como se ha puesto de manifiesto desde el departamento de Cultura y Bienestar Social del ayuntamiento de Palma, si se toma como referencia 2018, cuando se retomaron los desalojos de familias del poblado en función del nuevo plan aprobado por el Consistorio, la facturación disminuyó un 19,06% y un 26,34% en 2020.

De esta forma, según el teniente de alcalde Antoni Noguera, «los efectos de los desalojos del poblado son cada vez más evidentes».