Las áreas de Infraestructuras y Emaya han puesto en marcha una denominada oficina antigrafitis, con la que se pretende coordinar y agilizar la limpieza de las pintadas vandálicas. Su creación se contempla en un plan de acción de lucha contra las pintadas elaborado por ambos departamentos que, entre otras cuestiones, incluye un protocolo de actuación que delimita qué tipo de pintadas limpiará cada área y, según Ramón Perpinyà, presidente de Emaya y la concejala de Infraestructuras, Angélica Pastor, "permitirá crear un registro y coordinar la limpieza".

También establece un orden de prioridad a la hora de proceder a la limpieza de las pintadas, así como tres ámbitos de actuación diferentes: el centro histórico, el Eixample de la ciudad y el resto del término municipal.

De esta forma, según explicó Ramón Perpinyà las actuaciones se priorizarán en función de una serie de parámetros, entre los que se incluyen el impacto social y la mejora del entorno urbano en el sentido de frenar el proceso de degradación, el valor patrimonial de los bienes afectados y el carácter insultante o delictivo de la pintada.

También se han repartido las actuaciones ya que el área de Infraestructuras se encargará de la limpieza de las pintadas que se produzcan en la muralla desde los jardines de s'Hort del Rei hasta el Baluard del Príncep, además del los edificios municipales catalogados. Para llevar a acabo esta labor, la concejala Pastor ha explicado que se está en proceso de licitación de una empresa especializada en la limpieza de estos bienes patrimoniales, por un importe de 832.415,92 euros en cuatro años. Esta empresa también se encargará de la limpieza de la maleza que crece en las murallas.

La limpieza de edificios del resto de edificios de propiedad municipal estará a cargo de Emaya, además de los espacios libres abiertos que no cuenten sin ningún tipo de protección y del mobiliario urbano.

Por lo que se refiere a los edificios de propiedad privada, Perpinyà ha insistido en que su limpieza es responsabilidad de los propietarios, aunque ha recordado que esta empresa municipal dispone desde el pasado mes de julio de una nueva tarifa de eliminación de pintadas, que está bonificada en más de un 80%. Al respecto, ha recordado que Emaya, legalmente, sin la aprobación de esta tarifa no podía ofrecer el servicio. Se calcula que el coste de la limpieza de un metro cuadrado de pintada coloreada y llena es de 82,9 euros y de 54,8 para grafitis sin rellenar y la tarifa aprobada es de 10 euros por metro cuadrado.

Por lo que respecta a los edificios que son de otras administraciones o de empresas, Perpinyà ha manifestado que el Ayuntamiento les instará a que procedan a su limpieza.

Según los datos proporcionados por el responsable de la empresa municipal, Emaya ha realizado a lo largo de 2020 un total de 3.035 intervenciones de limpieza de pintadas de distinta tipología y superficie con un coste de 71.245 euros. Durante el estado de alarma este servicio no se prestó entre el 15 de marzo y el 30 de abril.