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El parque agrario produce sus primeros frutos en Son Sardina

Miembros de la Cooperativa Coanegra trabajan desde hace unos dos meses en una finca cedida por un particular con el objetivo de comercializar productos ecológicos

El parque agrario produce sus primeros frutos en Son Sardina

Lechugas, coles, espinacas, guisantes y cebollas son los primeros frutos del parque agrario de s’Horta de Dalt de Palma. Estas verduras han crecido en una finca de Son Sardina cedida por su propietario, hace poco más de dos meses, para que un grupo de jóvenes payeses la trabajen y saquen provecho de ella. Es la prueba piloto de un proyecto, el de recuperar la actividad agrícola en la zona norte del municipio, y de momento la experiencia es positiva y los implicados la califican de «éxito».

«Nos estábamos buscando, el propietario y nosotros», afirma Miquel Àngel Salom, de la Cooperativa Coanegra, quien junto a Alícia Martínez, Ana Carvajal y Victòria Carmena trabajan a diario en la finca cedida por Tomàs Fortuny. Ellos llevaban meses interesados en tener tierras por Palma para cultivar y vender hortalizas ecológicas, pero les pedían «alquileres desorbitados». Por un compañero de la cooperativa, oyeron hablar del proyecto del parque agrario, en el que están implicados el Ayuntamiento de Palma, el Govern y la UIB, y se pusieron en contacto con Palma XXI, entidad de custodia del territorio y que ejerce de mediadora con los propietarios de fincas.

Beneficios para ambas partes

Tras meses de conversaciones, se firmó un acuerdo por el que los cuatro payeses se hacen cargo del coste de los suministros que utilizan para cultivar la finca, sin tener que afrontar un alquiler. A cambio, el propietario de la finca, de una cuarterada de extensión, ve cómo sus tierras están cuidadas y producen.

«Todos los payeses que no tenemos tierras nos encontramos con este problema, que nos resulta muy complicado poder conseguir un acuerdo de custodia de territorio, porque para arrancar un proyecto así se necesita una inversión brutal», añade Miquel Àngel, quien remarca que ellos pertenecen a una cooperativa con pocos recursos, por lo que esta fórmula de cesión del terreno es lo que necesitaban.

El parque agrario produce sus primeros frutos en Son Sardina

Durante 10 años explotarán esta finca de Son Sardina, la recuperarán y comercializarán lo que saquen de ella. Su intención es que los vecinos del barrio y del resto de Palma puedan comprar las hortalizas directamente allí. También proyectan hacer talleres de compostaje, de siembra, de yoga... «Que la gente pueda venir aquí y valorar el hecho de ser ecológicos», comenta Alícia Martínez.

Además, quieren contribuir a que la esencia de Son Sardina no se pierda y que este lugar pueda acoger talleres ocupacionales, que sea un campo de prácticas de formación agrícola, añade Salom.

Con el tiempo, el deseo de los integrantes de la cooperativa es conseguir otra finca más en Palma, en la que puedan tener animales y completar el ciclo agrícola. «Es bastante importante que se recupere la payesía en Mallorca y que la gente pueda vivir dignamente», añade Martínez. «Nosotros pagamos un precio justo a los productores, que es lo que nos piden. Un 60% es para el productor y un 40% para la tienda», comenta de su experiencia en Marratxí, donde tienen una tienda en la que venden productos locales comprados directamente a otros agricultores.

«El propietario está muy implicado con el proyecto, pero yo entiendo que si la Administración da el primer paso, tendría que poner los terrenos públicos que son cultivables y que forman parte del parque agrario», plantea Salom.

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