El escritor Sebastià Alzamora pronunció este martes el pregón de la Festa de l’Estendard en un salón de plenos de Cort prácticamente vacío debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus. En su intervención, el llucmajorer evocó las distintas caras de Ciutat con su texto Fesomies de Palma y manifestó su ideal: una ciudad "culta" en un amplio sentido, "que cuide de sus ciudadanos" y en la que la lengua y cultura catalanas sean un medio de cohesión social.

El pregón de Alzamora repasó las distintas caras de Palma, desde aquella que está ligada a su infancia, los lugares habituales que recorría siendo un niño, o ya de adulto, hasta la realidad más triste, la de la pobreza y la marginalidad. 

En un salón vacío

Este martes, Sebastià Alzamora pronunció el pregón (el único acto de la Festa de l’Estendard que se ha mantenido) en unas circunstancias marcadas por la pandemia y acompañado tan solo por el alcalde de Palma, José Hila, y el regidor de Cultura, Antoni Noguera

El escritor dedicó parte de su intervención a hablar de los más vulnerables en la ciudad. «La crisis del coronavirus no ha hecho más que agravar la situación de muchas de estas personas», constató, para acto seguido lamentar que «Palma es una de las ciudades del Estado español en el que las desigualdades sociales están más acentuadas, y sería bueno que esta realidad no se nos fuera de la cabeza: no solo de la cabeza de los políticos, sino también de todos nosotros, de los ciudadanos».

Como literato, el pregonero de este año defendió la importancia de la cultura, tanto como factor económico, que crea riqueza y puestos de trabajo, como por ser herramienta de cohesión social, para «crear consciencia de comunidad».

Alzamora recordó que se cumplen 791 años de la entrada de las tropas de Jaume I en Palma, «un hecho que comportó la llegada a esta isla de la lengua y la cultura catalanas, que nos definen y configuran nuestra fisonomía, la de Palma, la de Mallorca y la de Balears. Son también, la lengua catalana de las Balears y la cultura que se hace en esta lengua, herramientas de cohesión social que ofrecemos a los recién llegados para que todos podamos vivir en igualdad de oportunidades»

El pregonero mencionó algunos de los nombres que le han marcado y cuyo ejemplo alentó a seguir, como el poeta Bartomeu Rosselló-Pòrcel, que en su poema Auca animaba a «romper cadenas» y a ganar la libertad; o la lingüista Aina Moll, que también «luchó por la conquista de la libertad a partir del rigor, el trabajo bien hecho y el diálogo». También se encomendó a los espíritus de Miquel dels Sants Oliver y a Gabriel Alomar.

Al final de su pregón, Sebastià Alzamora planteó un deseo: «No le pidamos al nuevo año justicia, igualdad, democracia, cultura, convivencia: no se lo pidamos, trabajemos para obtenerlas, para ganarlas. Trabajemos también para que no prosperen los reaccionarios ni los autoritarios, para no olvidar que la paz social es un equilibrio muy frágil que se rompe por culpa de la desigualdad y la codicia»