Activistas de Stop Desahucios y la concentración espontánea de una treintena de vecinos de las viviendas sociales del Camp Redó consiguieron ayer paralizar un desahucio de una familia con tres menores. Prácticamente coincidiendo con el tiempo, se ejecutó un lanzamiento de otra familia que ocupaba un piso vecino, aunque en esta ocasión no se pudo paralizar puesto que se desconocían datos del mismo. Además, el portavoz de Stop Desahucios, Joan Segura, indicó que en este caso la vivienda, de propiedad pública era adjudicada a otra familia. Segura criticó que el juzgado hubiera autorizado el primer lanzamiento sin esperar a que la familia dispusiera de abogado.