Cuando un engranaje funciona a la perfección y desaparece una de las piezas esenciales, es difícil sustituirla, pero en La Industrial lo han conseguido con la ayuda de los amigos y en honor a Pedro Fernández. Era el marido de Neus Aguiló, una de las dos hermanas de la juguetería más antigua de Palma, el que todos los años las animaba a preparar el escaparate de Navidad y quien creaba gran parte de los muebles de madera en miniatura. La esperada escena tradicional en el Pas d’en Quint puede ser admirada desde ayer y, aunque ya no esté la impronta de Pedro, queda su recuerdo. Hace cinco años vivieron el fallecimiento del progenitor y alma de la juguetería, Pau Aguiló, por lo que el yerno cogió el relevo de la minicarpintería, y ahora que él tampoco está, Neus y Concepció se han puesto manos a la obra para rendirle homenaje en forma de taller de llata.

Las artesanas de Capdepera conocidas como Ses Maries se han transformado en muñecas Mariquita Pérez y muestran su oficio en el corazón de Ciutat, un laborioso trabajo con trenzado de palmito que sirve para elaborar las típicas senalles y muchos otros objetos menos conocidos, como las esturmies para sentarse o que las puertas no se muevan con el viento, los esturís para no pasar frío en los pies, el sarrió con el que recoger la basura recién barrida y el ventador para avivar el fuego de la chimenea.

Los artículos de llata que se pueden contemplar tras el vidrio del escaparate fueron hechos por las profesionales, aunque Neus, Concepció y compañía dedicaron horas y horas los últimos meses para completar la escenografía, «siempre durante el tiempo libre y a veces hasta la madrugada». Han fabricado y pintado las sillas y tres más por si las necesitaban, «midiéndolas para que fuesen proporcionales a las muñecas», han cordado los taburetes y han creado los ovillos de llata que se ven por el suelo, las palmas secas, que tuvieron que recortar a mano, e incluso las escobas, cuyas cañas cogieron de un torrente, además de la vestimenta tradicional de payesa que llevan las artesanas.

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La juguetería La Industrial homenajea a las artesanas de la 'llata' Guillem Bosch

El valor de la artesanía

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El homenaje de La Industrial es también para estas mujeres que mantienen el oficio tradicional de la llata, como años antes hicieron con las alfarerías, carpinterías y otros tantos trabajos donde son básicas unas manos habilidosas. «No nos damos cuenta de que los objetos artesanales, que muchas veces nos parecen caros, son en realidad baratísimos, porque las horas dedicadas a ellos no tienen precio», destaca Neus. La idea de representar un taller de llata fue de Concepció tras acudir a Can Garanya, un conocido comercio de Manacor, y quedarse maravillada con los artículos que tenía de Son Poca Palla, los creados por Ses Maries de Capdepera. Ahora queda que las artesanas visiten la juguetería más antigua de Ciutat y comprueben el resultado de sus minicreaciones.

Quien ya la visitó este año fue un niño mexicano de vacaciones en la isla con sus padres y sus tres hermanos. Por casualidad, había visto en su país el vídeo titulado Tu tens la clau, impulsado por la patronal Pimeco para defender el pequeño comercio y que se hizo viral en Francia e Italia. «Cuando paseaban por Palma, reconoció la juguetería y les dijo a sus padres: Tenemos que comprar algo para ayudar al señor de la tienda», tal como relatan las hermanas. En la vida real, La Industrial seguirá abierta muchos años y ninguna plataforma por internet podrá competir con su escaparate.