Continuamos en el túnel de la pandemia, aunque Palma se ha llenado de luz para no tener que esperar a verla al final. No solo se han iluminado más de 200 calles de la ciudad, sino también ayer y hoy ses Voltes y los parques de sa Riera y ses Estacions, en los que nueve espectáculos lumínicos han invitado a los asistentes a atravesar túneles y cruzar puertas para superar metafóricamente la oscura etapa de la covid. Muchos de los que asistieron el primer día a los circuitos anunciados bajo el título ‘Palma, una abraçada de llum’ también se acercaron al gran árbol de Navidad situado en el Parc de la Mar, sobre todo los que se apuntaron a las sesiones previstas en Dalt Murada.

El interior del abeto de luces led y RGB puede traspasarse por un túnel que deslumbra y casi obliga a hacerse una foto en él, mientras que el circuito de Dalt Murada lleva a los más pequeños a un viaje sensorial por las cuatro estaciones, a escuchar cuentos de la luminosa Familia de Lux y a un mundo futurista y onírico. Muy cerca de allí la realidad se impuso para quienes esperaban ayer en una fila de hasta una veintena de personas para comprar churros, algodón de azúcar o manzanas caramelizadas en la tradicional churrería Josana, que endulzó el domingo de paseo.

La gran afluencia de jóvenes y familias con niños pequeños que acudían a visitar el nuevo árbol frente a la Catedral contrastaba con los reducidos aforos en los tres eventos organizados por el área de Participación Ciudadana. Ses Estacions también estaba muy concurrido, pero tuvo que ser desalojado para llevar a cabo sus tres circuitos: el primero era el túnel de 20 metros de longitud formado por una estructura que, con la tecnología, secuenciaba los cambios lumínicos de colores con el ritmo de la música. Parecida era la propuesta artística plasmada en el origami tecnológico con la figura de un perro, pero lo que más gustó a los niños fue pintar una pared sin que sus padres les regañasen. Lo hizo entre otros muchos Pol Fuster, de nueve años. Tras explicar que «había que ir moviendo las manos» y un sensor se encargaba de trasladar virtualmente las formas y colores, reconoció que le costó un poco ponerlo en práctica.

El parque de sa Riera también ofreció un espectáculo creado en directo, el llamado Liquid Show, con proyecciones analógicas a base de aceites y otros líquidos que traslada al público «desde los planetas del macrocosmos a los bichitos del microcosmos», y los mismos artistas continuaron con Stargate, que «abre la puerta de los sueños», como anuncian.

Los circuitos que se realizan hoy son para quienes tenían las entradas del sábado, pospuestas por la lluvia, pero la organización insta a avisar en caso de no poder asistir para aprovechar el aforo.