Emaya quiere acabar de una vez por todas con el incivismo de quienes dejan trastos en la calle fuera del día y hora de recogida, y lo pretende hacer «sancionando con más intensidad a partir de ahora», tal como advirtió ayer el presidente de la empresa municipal, Ramon Perpinyà. Recordó que «las multas pueden llegar a los 3.000 euros» y se encargarán de imponerlas los controladores medioambientales, que estarán más vigilantes aún para evitar que los residuos voluminosos «den una imagen de suciedad y abandono de la ciudad». «El 75% de los trastos se recogen el día y hora que toca, por lo que solo una pequeña parte crea problemas», destacó el regidor.
A los incívicos va dirigida la campaña presentada ayer, cuyos carteles informativos se pegarán en los contenedores de residuos. Los pósters tienen un código QR para consultar con el móvil el día de recogida de cada barrio y en todos se indica claramente que el horario para dejar los trastos en la calle es de 20 a 22 h. «Hay que dejarlos delante de cada casa, no junto a los contenedores, porque molestan e impiden la descarga de los residuos habituales por parte de los camiones», tal como explicó Perpinyà.
El actual sistema de recogida está implantado en 20 ciudades españolas y afirmó que también acabará consolidándose aquí si los ciudadanos «colaboran y lo usan como toca». Además, para complementarlo, Emaya creará una docena de pequeños puntos verdes, más reducidos que los parques de Son Castelló y Sant Jordi, para dejar todo aquello que ellos no retiran, como aparatos eléctricos, electrodomésticos, productos peligrosos (pinturas, químicos, etc.) y escombros de pequeñas reformas.
De todos modos, el concejal hizo un llamamiento a «reducir el número de voluminosos, ya que todos nos llenamos la boca con la sostenibilidad pero generamos cada vez más residuos de este tipo». Emaya ha recogido en 2020 17,8 kilos por persona de media, frente a 12,2 kilos en 2015, lo que supone «un crecimiento insostenible de voluminosos».
Emaya destinará 11,9 millones para ejecutar cuatro obras de saneamiento
Emaya se endeudará en otros 11,9 millones con el fin de ejecutar cuatro obras de saneamiento que afectarán a la Platja de Palma. El pleno de la próxima semana aprobará esta operación de crédito que, según el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, será devuelto en los próximos diez años, con los correspondientes intereses, por parte de la conselleria de Medio Ambiente, puesto que estas cuatro obras están financiadas con el canon de saneamiento.
La nueva estación de impulsión de La Ribera y la conducción a la depuradora de Sant Jordi tiene un coste de 7,8 millones. También se renovarán los colectores de impulsión hacia esta depuradora desde las estaciones 4 y 6 por un importe de 1,8 millones. Asimismo, se construirá un nuevo colector de impulsión por 1,3 millones.
