Radical. Impaciente. Egocéntrica. Polémica. Divertida. Incómoda. Son palabras con las que describen a Sonia Vivas quienes la han tratado de cerca. Ella, concejala de Justicia Social, Feminismo y LGTBI del ayuntamiento de Palma, se define como activista feminista, escritora y articulista, también formadora en derechos humanos, policía en excedencia y «lesbiana visible y contestona». Esta misma semana publicó en Twitter que «los hombres con penes pequeños suelen ser más beligerantes». Afirmación que ni siquiera muchos de sus miles de seguidores en redes sociales han podido defender ni compartir.

Vivas, nacida en Vall d’Hebron el 25 de mayo de 1978, consiguió entrar en la unidad motorizada de la Policía de Palma, su sueño, según ha relatado ella en muchas ocasiones. Sin embargo, aquella experiencia acabó en los tribunales (y la dio a conocer) cuando denunció a dos compañeros y a un superior por humillarla y atacarla «por ser mujer y lesbiana». La sentencia reconoció el acoso por parte de los dos agentes y absolvió al comisario.

La actual concejala, que también se presenta como denunciante de corrupción policial en el caso Cursach, aparcó su carrera profesional tras 14 años y se metió en política en 2018, para ser la número dos de Podemos en Palma.

«O estás con ella o contra ella, eso es lo que piensa», dicen de la regidora. Las medias tintas no encajan con su modo de ser y expresarse, pero hay que reconocerle que sabe elegir la frase impactante para conseguir un titular. Ya como responsable de la Oficina de Delitos de Odio de la Policía Local dio sobradas muestras de sentirse cómoda hablando en público y de su facilidad de comunicación.

Sin embargo, ese interés en ser reconocida mediáticamente es lo que se le echa en cara de su gestión política, centrada en la lucha contra la violencia de género y la trata; se cuestiona que lance esos tuits sin argumentos científicos escasos días después del terrible asesinato de una mujer a manos de su marido en Palma, o de un ataque homófobo contra una pareja gay, también en esta ciudad.

«Tiene muchas aspiraciones» y «tiene proyección nacional. Ella se vanagloria de tener muchos followers», más de 71.000 en Twitter, dice una persona cercana a la regidora, que cuenta con su propia web.

Públicamente, sus polémicas opiniones nunca han contado con el respaldo de sus compañeros en Cort, pero tampoco han sido contestadas o censuradas por el resto del equipo de gobierno. Ni siquiera cuando se dedicó a mandar tuits durante el último pleno municipal o cuando el pasado lunes desconvocó una rueda de prensa sobre el servicio de acogida de mujeres víctimas de violencia de género, en la que debía comparecer con el alcalde. Fue el mismo día de esas afirmaciones acerca del pene y la violencia.

Vivas ha creado varias polémicas, como esta última de la que se ha desmarcado el Lobby de Dones. El pasado mes, se puso en contra a la comunidad judía internacional por generalizar sobre los judíos e identificar este pueblo con el Gobierno israelí; en junio, la Plataforma Comunitat Negra de Mallorca criticó su «antirracismo de salón» al presentar la campaña Stop Racisme, la misma que ha vuelto a anunciar en rueda de prensa este mes. Y hace casi un año, otra iniciativa para erradicar el racismo del lenguaje logró lo contrario de lo que se pretendía: ofendió y dio para muchos memes, al defender que se debía hablar de dinero B en vez de dinero negro. En aquella ocasión, Sonia Vivas asumió la responsabilidad por no haber supervisado esa campaña.