El Ayuntamiento de Palma no va a multar a los propietarios de los edificios que no limpien las pintadas vandálicas de sus fachadas, pese a que tienen la obligación legal de hacerlo, sino que, tal como ha manifestado esta mañana el alcalde, José Hila, el equipo de gobierno es más partidario de ayudarles a hacerlo, mediante la aplicación de las tarifas bonificadas que aplica desde esta semana la Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) e intensificando la persecución policial de los autores de los grafitis.

Asimismo, ante el temor de los empleados de Emaya de que, con la aplicación de las nuevas tarifas de limpieza de grafitis, se inicie el proceso para una privatización futura de este servicio, el teniente de alcalde de Medio Ambiente y Bienestar Animal y presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, lo ha descartado completamente.

Ha afirmado que la aprobación y aplicación de las tarifas para que la empresa pueda proceder a la limpieza de una fachada de propiedad particular frente a la gratuidad de este servicio hasta 2015, se debe a los cambios legislativos introducidos después de este año en leyes como la de contratos del sector público y otras, que impiden que una empresa de capital totalmente municipal como es Emaya realice trabajos sin una contraprestación económica.

Lo que sí está permitido, según este responsable municipal, es lo que ha hecho Emaya: bonificar al máximo las tarifas de la limpieza de grafitis en fachadas particulares, en un 82% en el caso de las pintadas sin rellenar y en un 88% en el caso de las pintadas rellenas, puesto que la tarifa que se cobra durante el primer año de aplicación es de 10 euros por metro cuadrado, cuando el coste real es de 82,9 y 54,8 euros, respectivamente.

El alcalde ha afirmado que la lucha contra las pintadas vandálicas es una de las prioridades de su equipo de gobierno, de ahí que ha recordó que, en el último año y medio, pese a que desde el pasado mes de marzo los servicios de Emaya han tenido que modificarse para hacer frente a cuestiones relacionadas con la propagación del coronavirus, esta empresa municipal "ha limpiado más de 3.200 grafitis en espacios y mobiliario público". Así, por ejemplo, en los últimos meses se ha procedido a la eliminación de pintadas vandálicas en espacios públicos del Jonquet, el Baluard del Príncep, el lateral de Casal Sollerich, Can Cifre, el puente de los institutos, Can Cànoves, el parque Josep Estela, en el parque Pocoyó, sa Feixina, el estacionamiento del Molinar, el parque de Cala Nova y en el ascensor de Joan Miró, entre otros.

Si se trata de un elemento protegido, no obstante, para actuar se necesita disponer de un proyecto aprobado por la comisión del Patrimonio del Consell de Mallorca, de ahí que el departamento de Infraestructuras de Cort, responsable de la limpieza de estos elementos, haya optado por la contratación de una empresa especializada, servicio aún en proceso de licitación.

En el caso de los edificios privados, la supresión de las pintadas vandálicas, excepto en el caso de que sean ofensivas o atenten contra la dignidad de las personas o colectivos, es responsabilidad de los propietarios. El nuevo servicio que Emaya ha puesto en marcha esta semana, se dirige a estos propietarios, aunque pueden optar por encargar el trabajo a cualquier otra empresa.

Este servicio ya está operativo y, hasta el momento ya se han recibido seis solicitudes formales a través de la página web de esta empresa municipal. Desde julio se han solicitado un total de 28 peticiones de información. La actuación se realiza en las paredes de las plantas bajas de los edificios, siempre que estos no estén catalogados. En este caso los propietarios deben seguir un procedimiento distintos ya que se requiere la aprobación del proyecto de intervención por parte de Patrimonio del Consell.

Según Perpinyà se intentará que las intervenciones se realicen lo más rápidamente posible una vez recibida la solicitud por parte del particular y estableció un período "de unos quince días".