El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
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El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
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El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
Tots Sants en el cementerio de Palma.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.
El cementerio de Palma ha vivido una mañana de Tot Sants con una bajísima afluencia de visitantes, algo más de 2.000 personas frente a las alrededor de 10.000 de años anteriores, debido a la pandemia por el coronavirus. Los asistentes han espaciado la tradicional visita a sus difuntos y, en lugar de hacerlo el 1 de noviembre, se han ido acercando a lo largo de toda la semana, tal como ha explicado el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, quien ha agradecido esta prevención para evitar aglomeraciones.