La primera zona de juegos para niños con distintas capacidades estará terminada en primavera. Las obras acaban de comenzar en el parque de sa Riera, donde se han vallado alrededor de 1.200 metros cuadrados ocupados por la actual área lúdica, precintada desde que una parte del castillo infantil se incendió hace más de un año. Mañana una máquina iniciará la perforación necesaria para el ensayo geotécnico, ya que se construirá una estructura de 500 metros cuadrados para crear una zona de sombra, por lo que «previamente hay que hacer una cimentación profunda», tal como explicó ayer el jefe de grupo de obras y contratación de ACSA, Rafael Marqués.
Las varillas metálicas recién colocadas y con números en el pavimento marcan los lugares donde irán los pilotes, que serán realizados con otra maquinaria específica para ello. «Este será el primer paso para anclar la futura carpa, junto a la que se crearán caminos delimitados con muros curvilíneos y una fuente», detalló el responsable. Las citadas rutas tendrán diferentes pavimentos, lo que unido a la vegetación que se plantará en la última fase de la reforma y el sonido del agua de la fuente permitirán ofrecer a los usuarios los llamados «caminos sensoriales».
También «habrá un túnel con césped y varios juegos infantiles adaptados» en un proyecto cuyo presupuesto asciende a cerca de 612.000 euros y tiene un plazo de ejecución de cinco meses, según aprobó el Ayuntamiento en julio. La concejala de Infraestructuras y Accesibilidad, Angélica Pastor, destacó que se trata del «primer parque inclusivo y sensorial de Palma», por lo que los niños con diferentes discapacidades, como pueden ser física o motora, visual, auditiva o psíquica, contarán con un espacio público al aire libre que responde a una reivindicación de progenitores y entidades dedicadas a estas personas.
Además, el área lúdica quiere «simular las sensaciones que se experimentan en el bosque de Bellver» y para ello se sembrarán medio centenar de árboles de distintas especies y alrededor de 4.000 plantas vegetales. Será un «lugar orgánico» que en la zona de juegos, donde estaba la torre que se incendió, también tendrá «dunas a diferentes alturas recubiertas con césped artificial para que los niños realicen actividades libremente y elementos de sujeción, como cuerdas y troncos, que permitirán la escalada por los montículos».
Esta parte de los más de mil metros cuadrados de área lúdica estará cubierta con la estructura textil que dará sombra. Se trata de otra antigua petición de usuarios del parque de sa Riera, que haya zonas protegidas del sol, y que se solventará con la reforma.
