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La oferta de compra del Lluís Sitjar por Cort está pendiente de presupuesto

La asociación de vecinos de es Fortí pide conservar su puerta y el escudo

La oferta de compra del Lluís Sitjar por Cort está pendiente de presupuesto

La oferta de compra del Lluís Sitjar por Cort está pendiente de presupuesto

El Ayuntamiento de Palma anunció que durante este 2020 haría una oferta pública para comprar las acciones de los copropietarios del Lluís Sitjar que quisieran vender. Hoy, cuando se acaban de cumplir 75 años desde que se inaugurara este estadio en es Fortí, demolido entre 2014 y 2015, ese compromiso sigue vigente pero pendiente de presupuesto, confirman desde Cort.

Por parte del Ayuntamiento no se especifica cuándo podría lanzarse esa oferta pública para hacerse con parte del solar. De las 666 acciones, la Fundación RCD Mallorca tiene 140 participaciones y el RCD Mallorca, otras 59. El resto está en manos de particulares.

El Ayuntamiento anunció que ofrecería un precio máximo de 14.603 euros por acción, hasta un total de 9.725.729,27 euros. Ahora, la disponibilidad de ese presupuesto es lo que queda pendiente de confirmar, en un año en el que el Ayuntamiento ha tenido que destinar una mayor inversión a partidas para atender la emergencia social derivada de la pandemia del covid-19.

La pretensión del Ayuntamiento sigue siendo que el solar del antiguo estadio, que tiene uso deportivo privado, se integre en la denominada Falca Verda, aunque desde el Consistorio matizan que esta posibilidad dependerá de si los actuales copropietarios quieren vender sus acciones.

La Junta de Copropietarios ya comunicó en 2018 que el precio por acción planteado por Cort le parecía insuficiente.

El pasado año, con Maheta Molango como consejero delegado del Mallorca, se dio por hecho que el club bermellón vendería sus acciones al Ayuntamiento por 2,9 millones de euros, pero desde entonces no ha habido ningún nuevo movimiento y meses después del anuncio de la futura compra por parte de Cort, el mismo Molango criticó la pasividad municipal en esta y otras cuestiones que afectaban al Mallorca.

El Consistorio sostiene que el precio máximo que puede pagar es de 9,7 millones, 14.603 euros por acción

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La asociación de vecinos de es Fortí quiere que se conserve la puerta de entrada del antiguo estadio y el escudo que aún puede contemplarse. “Nos gustaría que se integrase en la Falca Verda y que dentro del solar hubiera un casal de barrio, un polideportivo y, si pudiera ser, más aparcamientos para el barrio”, manifiesta Salvador Maimó, presidente de la asociación vecinal, sobre el futuro de este solar.

Demolición

El desaparecido estadio Lluís Sitjar se inauguró el sábado 22 de septiembre de 1945 con una solemne bendición religiosa y un día antes del partido contra el Xerez, en el que el Mallorca ganó por tres goles a cero. Entonces, el campo se llamaba Es Fortí y sustituyó al campo de Bons Aires.

Este céntrico estadio, añorado por muchos, acabó destruido por la piqueta en 2015 después de que un informe técnico municipal alertara de su estado ruinoso y de años de polémica entre propietarios y Cort. Fue el mismo Ayuntamiento el que ejecutó la obra de manera subsidiaria y pasó luego la factura, de 800.000 euros, a los titulares, coste que aún no ha sido reembolsado. Únicamente el Mallorca pagó su parte.

En su momento, el proyecto del estadio de es Fortí suscitó las reticencias de los socios a la hora de suscribir los títulos de propiedad, un total de 666 a un precio de 3.000 pesetas. También el aumento del presupuesto de la obra puso en peligro su construcción.

Su capacidad inicial era para 15.000 espectadores y se construyó sin tribuna cubierta. Tampoco se trasladaron allí las oficinas del club hasta tiempo después. Fue en 1955 cuando el estadio pasó a llamarse Lluís Sitjar, en homenaje al presidente de la directiva que impulsó su construcción.

Con el tiempo, el estadio se fue ampliando y llegó a tener un aforo de 31.000 espectadores, aunque en 1998, se redujo de nuevo a 18.000 personas.

En 1999, el Mallorca se trasladó a Son Moix y, hasta el final de la temporada de 2007, en el Lluís Sitjar siguió entrenando el Mallorca B. A partir de ese momento comenzó la degradación del estadio.

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