El conflicto que enfrenta en las últimas dos semanas a la dirección de la empresa pública palmesana y a sus trabajadores y que ha tenido en vilo a los miles de usuarios que se han visto afectados por la falta de servicio o por los retrasos provocados por las movilizaciones en plena pandemia provocada por la expansión de la covid-19 es el más prolongado de toda la historia de la EMT.

Desde que en 1985 la antigua sociedad laboral Salma fuera municipalizada por el un ayuntamiento presidido por el entonces alcalde socialista Ramon Aguiló, para conformar la actual Empresa Municipal de Transportes (EMT) nunca se había vivido un conflicto tan prolongado en el tiempo y con las posturas entre las partes tan enfrentadas. Los usuarios del transporte público ya sufrieron hace dos semanas los tres paros parciales de dos horas de duración en horarios de mañana y tarde. No hubo posibilidad de acuerdo pese a las numerosas reuniones mantenidas entre el comité de huelga, integrado por representantes de los cinco sindicatos con representación en la compañía pública, y la dirección de la empresa. 

El desencuentro ya se produjo en las sucesivas reuniones previas en el Tribunal de Arbitraje y Mediación de les Illes Balears (TAMIB), y en las mantenidas ya con la huelga de 24 horas en la concejalía de Movilidad con la participación de Francesc Dalmau y el director gerente, Mateu Marcús.

Los sucesivos acercamientos que se han producido en estas reuniones sobre los 16 puntos iniciales puestos sobre la mesa por la representación sindical, no han sido suficientes para que los representantes de los trabajadores den por finalizadas las movilizaciones o, tal como se les ha solicitado reiteradamente desde la dirección de la empresa, las aplacen atención a la situación sanitaria debido a la propagación de la covid. Los turnos de fines de semana del taller y la exigencia de contratar a los 14o trabajadores del bolsín lo han impedido.