La asociación proteccionista Arca ha lamentado que el Eixample de la ciudad pierda otro edificio que, si bien reconocen que carecía de valores por sí mismo para estar incluido en el catálogo de elementos protegidos, sí que su presencia daba carácter a la calle, por lo que, a su juicio, merecía una protección ambiental. De hecho, insisten desde Arca, el resto de la manzana conserva sus edificios originales. Se trata del inmueble situado en el número 70 de la calle Maria Cristina, que no solo puede ser derribado, sino que puede ser sustituido por otro que supere en altura a los de su entorno y podrá disponer de cuerpos salientes sobre la fachada que romperá la alineación de la calle. Desde el grupo proteccionista lamentan que la obsolescencia del planeamiento urbanístico del Eixample condene a esta zona de Palma a su destrucción como conjunto urbanístico que forma parte de la ciudad, como condenaba a es Jonquet o Santa Catalina que, gracias al esfuerzo de esta entidad y otras, se consiguió evitar.
Plan de protección
Por ello, desde la entidad proteccionista insisten en la necesidad de que se elabore un plan de protección para el Eixample, a imagen i semejanza del de Santa Catalina. A su juicio, no se puede esperar al nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) porque si es así se llegará tarde. Lamentan asimismo que el gobierno municipal deje pasar los años sin tomar medidas al tiempo que aprueba la ejecución de demoliciones provocando pérdidas irreversibles de elementos singulares, como ya ha ocurrido con el de estilo racionalista de Rosselló i Caçador, destruido hace unos meses.