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25 años de una gran obra civil en Palma

El Corte Inglés de las avenidas cumple un cuarto de siglo y con él también importantes cambios urbanísticos, como el túnel que conecta con las calles Aragó y Nuredduna

Construcción de El Corte Inglés y del túnel de avenidas a Aragó y Nuredduna.

Hoy se cumplen 25 años de la apertura del centro de El Corte Inglés en las avenidas de Palma. Supuso el aterrizaje en la isla de un gigante comercial y un profundo cambio urbanístico en esa zona de la ciudad, costeado en gran parte por los grandes almacenes. La crisis sanitaria y las restricciones a las que ha obligado la pandemia imposibilitan que la empresa celebre su cuarto de siglo y aplace la conmemoración.

Hasta el 20 de septiembre de 1995, entrar en uno de estos grandes almacenes solo había sido posible si se viajaba fuera de la isla y, de hecho, suponía casi una visita turística más para quienes visitaban Madrid o Barcelona en aquella época. Hoy, conviene recordar que su implantación fue un proceso negociado y tramitado durante años, una obra faraónica que costó unos 78 millones de euros (13.000 millones de pesetas entonces) con la que no solo se derribó la manzana donde se levantó después el centro de Aragó-avenidas, sino que se construyó el túnel que conecta con Aragó y Nuredduna y se reordenó la circulación.

Pero además, fue el inicio de un nuevo eje comercial, el de Nou Centre, y conllevó que el pequeño comercio se planteara abrir de nuevo los sábados por la tarde.

El 19 de septiembre de 1995, un día antes de la apertura de puertas para el gran público, que esperó ansioso ese momento, tuvo lugar la inauguración oficial, con el todo Palma, y a la que acudió el presidente del consejo de administración de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez. Entre los asistentes se encontraban el presidente del Parlament, Joan Huguet; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar; el general jefe militar de la zona de Balears, Ricardo Serrano; el conseller de Educación, Bartomeu Rotger, y el rector de la UIB, Llorenç Huguet, entre otros. Fue muy comentada la asistencia del expresident del Govern, Gabriel Cañellas, forzado a dimitir por el caso Túnel de Sóller ese mismo verano, y las reiteradas alusiones a los efectos que el gran almacén tendría en el pequeño comercio.

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25 años de una gran obra civil en Palma

De los 1.300 empleados directos que tiene ahora El Corte Inglés, 240 cumplen también cumplen un cuarto de siglo en la empresa. En los inicios, la media de edad de sus trabajadores era de 25 años, hoy es de 43 y un 70% son mujeres. Vanesa González es desde el pasado enero la directora del centro de avenidas, mientras que Francisco Lucas, que empezó como vendedor en Galerías Preciados, dirige el de Jaume III.

“En estos 25 años creemos que nos hemos consolidado como un referente comercial y motor económico de la isla, con además una vocación de estar implicados en la vida social, cultural y deportiva”, declaran desde la empresa. “El futuro lo afrontamos mirando a la importancia de la multicanalidad, manteniendo intactos los valores de nuestras tiendas físicas (calidad servicio y surtido)”, sostiene la empresa sobre sus planes, aunque tampoco rechaza explorar nuevas posibilidades de negocio y nichos de mercado.

La noticia de que El Corte Inglés abriría un centro en Palma saltó en mayo de 1989, cuando este diario publicó que Cort, el ministerio de Defensa y la empresa privada presidida por Ramón Areces negociaban un acuerdo por el que los grandes almacenes costearían el derribo de las viviendas militares del Baluard del Príncep a cambio de la recalificación del terreno donde pensaban construir. Después, con la compra de los almacenes de Galerías Preciados, abriría el de Jaume III.

Fue en mayo de 1990 cuando el Ayuntamiento aprobó la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para recalificar el terreno comprendido entre Aragó, Gilabert de Centelles y Alexandre Rosselló. El trámite fue aprobado en 1993 por el Consell de Mallorca.

Durante todo ese tiempo de tramitación urbanística, el pequeño comercio comenzó a movilizarse, alarmado por las consecuencias que tendría en su sector la llegada de uno de los grandes. El 9 de febrero de 1992, los comerciantes salieron a la calle, por primera vez se unieron Afedeco y Pimeco con los sindicatos CCOO y UGT en contra del Govern presidido por Gabriel Cañellas, a quien reclamaban una ley para su sector, un plan de futuro y una reducción fiscal, aunque la verdadera preocupación era la implantación de El Corte Inglés.

La licencia de demolición de los edificios llegó en junio de 1993 y el permiso para construir se aprobó en enero de 1994. 

No se trataba únicamente de levantar un edificio de 12 plantas (teniendo en cuenta las de aparcamiento subterráneo), también había que construir el túnel que conecta Alexandre Rosselló con las calles Aragó y Nuredduna, ya que la apertura del centro comercial hacía prever un gran incremento de la circulación de vehículos en esta zona.

Su coste fue de unos tres millones de euros y lo pagó El Corte Inglés para solucionar los accesos a la zona.  

Los comerciantes de la zona, ante el incremento del tráfico y las dificultades para aparcar también exigieron al Ayuntamiento que ampliara la ORA y que embelleciera sus calles, algo que se fue ejecutando posteriormente. 

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