El asentamiento chabolista del solar de Son Bordoy, en el barrio del Molinar, se ha duplicado con la llegada de alrededor de una veintena de familias procedentes de la península para trabajar en el campo, como indica el presidente de la asociación Gaocalo Nueva Esperanza, Carlos Cortés, hijo del histórico patriarca de Son Banya, el tío Kiko. Los temporeros vienen a la isla "atraídos especialmente por la cosecha de la algarroba", añade, ya que durante los últimos años se ha visto incrementado su valor debido a los nuevos fines alimentarios de este fruto.

El poblado del Molinar tiene "habitualmente unas 20 familias dedicadas a la venta ambulante, que están totalmente integradas en el barrio", según el presidente de la asociación vecinal Es Born del Molinar, Miquel Obrador. El citado aumento de las chabolas causó "cierta preocupación entre los residentes" al sospechar que procedían de Son Banya. Desde el departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento, responsable del desmantelamiento, informaron de que "solo hay constancia de que una familia que dejó de forma voluntaria el poblado y se podía acoger al plan de realojo no lo hizo y se trasladó al Molinar", tal como señalaron sobre la ayuda que da el consistorio a quienes no tienen relación con el tráfico de drogas u otras causas penales ni tampoco ninguna propiedad.

El presidente de Gaocalo, que "significa pueblo gitano", explica que ha retomado la asociación que lideró su padre con el fin de "integrar a las familias, que todos los niños estén escolarizados y que las mujeres sigan estudiando para después poder trabajar, que no se queden en casa cuidando del marido, sino que tengan una formación", asegura.

Carlos Cortés dice representar a los residentes de etnia gitana de Son Gotleu, la Soledat, Son Banya y Marratxí; y afirma que, "como todos los ciudadanos, hay mucha preocupación sobre las medidas de prevención y limpieza en los colegios y calles para combatir el virus", por lo que pide a Cort las "máximas garantías".