Los actos vandálicos, peleas y altercados de madrugada se han incrementado este verano en los solares de los edificios derribados por Cort en las viviendas sociales de Camp Redó, según denuncian los vecinos. Lo más peligroso es el encendido de hogueras y quema de los trastos dejados en la calle para que los recoja Emaya, pero también destacan la gravedad de que hayan roto cristales y lunetas de vehículos allí aparcados por la noche. La práctica del botellón en los solares es la tónica habitual, con el ruido y peleas que conlleva, y se suma la nueva costumbre de derrapar motocicletas encima de la tierra compacta del pavimento, que ha quedado destrozado, tal como señalan los residentes.

Algunos están "desesperados" y deben tomar ansiolíticos para dormir por la situación actual, "mucho peor que antes", debido a la llegada de nuevos inquilinos y okupas, por lo que hay quien se está planteando dejar el barrio. "La convivencia es imposible con esta clase de grupos mientras la Policía sigue sin hacer nada, pese a que esto no lo arregla la Policía, sino una intervención integral para cambiar completamente las viviendas sociales de Camp Redó", en palabras de un vecino.

Por otra parte, critican que las obras de remodelación de varias calles no están siendo como les habían mostrado en el proyecto, ya que este contemplaba aceras adoquinadas y pilones para evitar que los coches invadan la zona peatonal, pero no hay ni pilones ni adoquines. "Al haber quitado las aceras y al elevar y unificar el pavimento con asfalto, cuando llueve se forman balsas de agua que dificultan el paso, sobre todo para las personas mayores y con discapacidad", explican. Además, la inexistencia de pilones provoca que muchos vehículos aparquen mal y no dejen pasar a quienes van caminando, en silla de ruedas o con cochecitos de bebé, como ejemplifican.